Sant Cugat se ha convertido en una de las primeras ciudades catalanas que ha incorporado un autobús completamente eléctrico al servicio de transporte municipal. De hecho, ha sido la primera localidad en hacerlo de la Associació de Municipis per a la Mobilitat i el Transport Urbà (AMTU).
La alcaldesa, Mercè Conesa (CDC), presentó este bus eléctrico el martes, el mismo día en que entró en servicio para cubrir la línea L-7. Paralelamente, el Consistorio también ha adquirido dos nuevos autobuses híbridos, así como un minibús de baja emisión de gases contaminantes.
Inversión de 1,2 millones
Conesa destacó que la compra de estos autobuses “reafirma de nuevo la apuesta del Ayuntamiento por promover una movilidad sostenible y respetuosa con el entorno”. En este sentido, subrayó que con la adquisición de los cuatro autobuses “dejaremos de emitir 143 toneladas de CO2 cada año”.
La compra de estos vehículos ha supuesto una inversión de 1,2 millones de euros. Así, el bus cien por cien eléctrico ha costado 428 mil euros (a los que hay que añadir seis mil euros para la estación de recarga); los dos híbridos, 305 mil y 355 mil euros y el minibus de baja emisión, 159 mil euros.