Vallés

Savall: “Nuestro patrimonio musical no vale nada si no sabemos valorarlo”

Hace dos años renunció al Premio Nacional de Música en protesta por la política cultural del Gobierno, y hoy, Jordi Savall -vecino de Sant Cugat- ha vuelto a hacer un alegato crítico en defensa del patrimonio musical con motivo de la concesión de la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes (CBA).
“No se puede dejar el patrimonio abandonado. Cuando el ministerio de Cultura se dé cuenta de esto, pondremos por fin el reloj de la Historia de la Música a su hora”, ha señalado Savall tras recibir la medalla en reconocimiento a su trayectoria de “incansable arqueólogo musical”.
“Nuestro patrimonio musical es muy importante, pero no vale nada si no sabemos valorarlo”, ha precisado el concertista e investigador catalán tras subrayar que “nunca ha habido en España un apoyo estable” a ningún proyecto de recuperación de la música antigua.
La Medalla de Oro del CBA se entrega a creadores e intelectuales cuya obra ha contribuido decisivamente a la renovación de las artes y la cultura contemporáneas. Antes de Savall ha recaído en Fernando Arrabal, Jorge Oteiza, Carlos Fuentes, Francisco Umbral, Carmen Martín Gaite, Umberto Eco o Michael Haneke, entre otros.
En este caso la junta directiva del Círculo ha querido reconocer la labor de Savall para recuperar y divulgar las músicas antiguas y olvidadas, pero también su capacidad para transmitirlas como si fueran nuevas en cada interpretación, según ha subrayado su presidente, Juan Miguel Hernández León.
Savall estudió violoncelo durante ocho años antes de pasarse a la viola de gamba y la música antigua en 1965. Fue entonces cuando comenzó su trayectoria reivindicativa, especialmente de la música española del Renacimiento y el primer Barroco, y de creadores como Cristóbal de Morales o Juan del Encina.
En 1974, junto a la soprano Montserrat Figueras y otros músicos de diversas nacionalidades, fundó el grupo vocal e instrumental Hespèrion XX, en la actualidad Hespèrion XXI, que pronto creció e integró un ‘consort’ de violas y otros instrumentos como flautas de pico, cornetos, trombones, clave y órgano.
Con esta agrupación, Savall ha grabado principalmente música del repertorio anterior al siglo XVIII, combinando siempre investigación rigurosa y fidelidad a la partitura original.
En 1987 fundó La Capella Reial de Catalunya, y en el 89 creó una orquesta barroca, Le Concert des Nations, con la que ha grabado e interpretado música del siglo XVIII por todo el mundo.
Ha grabado más de 200 discos, muchos de ellos editados a través de su propio sello, Alia Vox. El reconocimiento mundial a su trabajo llegó con su participación en la película de Alain Corneau “Tous les matins du monde” (1991), en la que interpretaba la banda sonora.
En su discurso tras aceptar la medalla, Savall ha recordado que “la revolución” y el “renacimiento cultural” de la recuperación de las músicas antiguas la inició Felix Mendelssohn en 1829, cuando interpretó por primera vez en Berlín la “Pasión según San Mateo” de Bach.
Veinte años más tarde comenzó a entenderse la necesidad añadida de recuperar también los instrumentos antiguos. Pero en España, “este movimiento reconocido en todo el mundo aún no se ha realizado”, ha lamentado y ha pedido apoyo para las nuevas generaciones de músicos.

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