La fiesta mayor de Matadepera no se puede entender sin su emblemática carrera de burros, apta sólo para los más osados, una de las piedras angulares de su programa de festejos. Muy esperada por los matadeperenses -la plaza de las Acàcies, donde se disputó ayer, estaba llena por completo-, la carrera tiene pocos secretos. Se trata de montarse en un burro con el obligado casco -desde hace más de diez años los cuadrúpedos los suministra la empresa Ganados Polubio, en Fraga- y tratar de llegar el primero a la meta después de dar unas vueltas a un circuito habilitado para la ocasión.
En la edición de ayer se apuntaron 24 valientes. Primero se disputaron tres carreras clasificatorias (dos vueltas al circuito) y los tres primeros de cada una de ellas pasaron a la final (tres vueltas).
Y pasó lo que tenía que pasar, eso que el público espera ansioso cada vez que asiste a la prueba: caídas más o menos espectaculares; participantes destronados corriendo detrás de sus burros (algunos lograron volver a montarlos y seguir la carrera, otros no); gritos nerviosos de “¡arre, arre!”; adelantamientos al límite; burros caprichosos que les daba por pararse en seco… y otras peripecias que hicieron las delicias del público.
Chocolatada
El ganador fue Aleix Badia, un matadeperense de 20 años asiduo a la carrera de burros que hace un par de ediciones quedó segundo. “Cada año participo”, dice. Y añade: “Le dedico este triunfo a mi hermano Maurici”. ¿Por qué? “Porque entre nosotros siempre hay mucha rivalidad”, contesta divertido.
La segunda clasificada fue la joven Glòria Aranda, a quien se le escapó el cetro en los últimos metros tras ser adelantada por Badia después de dominar con cierta comodidad durante toda la carrera, mientras que Jofre Cartanyà cerró el podio en tercera posición.
A la carrera de burros le antecedió un paseo a lomos de estos animales: pudieron subirse unos 250 niños.
Simultáneamente se repartió la tradicional chocolatada con melindros, con hasta 1.800 raciones, lo que da una idea de los muchos matadeperenses que acudieron ayer tarde a la plaza de las Acàcies, donde se respiraba un ambiente muy familiar. La organización adelantó que el próximo año habrá raciones de chocolate para celíacos.