Peligra la continuidad del PDeCAT al frente del Ayuntamiento de Sant Cugat después de 32 años gobernando el municipio (antes bajo las siglas de CiU). Un posible pacto entre ERC, PSC y CUP podría arrebatar la vara de mando a Carmela Fortuny (que en el último tramo del pasado mandato sustituyó a Mercè Conesa al frente de la alcaldía) y dársela a la republicana Mireia Ingla. Las tres formaciones han estado negociando las últimas semanas para conformar un gobierno alternativo de izquierdas que cierre el paso a una nueva legislatura del PDeCAT.
Ayer mismo, Fortuny, en rueda de prensa, volvió a instar a ERC a formar un gobierno de coalición, pero esta vez fue más allá y le ofreció una alcaldía compartida. "Hasta el último minuto trabajaremos por un gobierno soberanista con ERC", afirmó Fortuny, según las declaraciones recogidas por Cugat.cat. La alcaldesa en funciones añadió que "la ciudadanía pide un gobierno soberanista y el pacto natural para hacerlo sería entre Junts y ERC".
En un escenario totalmente abierto, todavía habría dos fórmulas más posibles: un gobierno en solitario y en minoría del PDeCAT (en caso de que no se llegue a un acuerdo para crear un gobierno alternativo) e incluso un ejecutivo formado por Junts y el PSC.
Junts per Sant Cugat (PDeCAT) ganó las elecciones municipales con nueve concejales (dos menos de los que tenía) de 25 posibles, lejos de los trece que otorgan la mayoría absoluta. La segunda fuerza más votada fue Esquerra, con seis ediles (ganó tres respecto al mandato anterior) y la tercera el PSC con cuatro (también ganó tres).