El golpe de efecto de ERC está asegurado. Que una concejal exsocialista sea la número dos de su lista dice mucho. Y más teniendo en cuenta que la edil en cuestión, Mercè Rodó, ha formado parte del equipo de gobierno republicano esta legislatura y la anterior, y en ambas con carnet del PSC. Eso sí, Rodó finaliza el actual mandato como concejal no adscrita tras darse de baja del PSC y, como no podía ser de otra manera, pasarse a las filas de ERC, donde ocupa un papel muy destacado en su candidatura. La adhesión a Esquerra de la que fuese su candidata en las municipales de 2011 y 2015 ha dejado bastante descolocados a los socialistas, que han tirado del histórico dirigente Josep Corominas como alcaldable para intentar remontar la situación.
Y todo ello en un contexto en el que la formación UGO desaparece del mapa político tras tener representación en el plenario desde hace 24 años (¿a quien irán a parar ahora sus votos?) e irrumpe por primera vez en la localidad Ciutadans, al igual que he hecho el partido naranja en otras localidades de la comarca. Por su lado, Junts per Ullastrell (PDeCAT), el eterno rival de ERC, concurre con la pretensión de acabar con la hegemonía de los republicanos durante los últimos 8 años.