La directora general de Atenció a la Infància de la Generalitat, Ester Cabanes, afirmó ayer que no renunciará a abrir un centro para menores migrantes en el barrio de Can Rosés de Rubí, a pesar de las protestas vecinales que hubo el martes, y que intentará “reconducir la situación e intentar trabajar con el Ayuntamiento”, que también se opone al proyecto. Un grupo de vecinos abucheó y protestó el martes por la tarde en Rubí contra Cabanes, que acudió a Can Rosés para explicar el proyecto a los vecinos y tuvo que salir del lugar con escolta.
Se trata de un equipamiento que tiene previsto abrir sus puertas en el antiguo Hotel Terranova. Los vecinos del entorno consideran que supondrá un problema para la zona, mientras que la alcaldesa, Ana María Martínez (PSC), afirma que la decisión no ha sido consultada a las autoridades locales.
Cabanes tenía previsto el martes reunirse con vecinos y con la alcaldesa del municipio para abordar esta apertura, pero el acto acabó con un fuerte abucheo a la responsable de la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència.
En declaraciones a la prensa, Cabanes aseguró ayer que “las quejas vienen por desconocimiento” y que “confían” en poder explicar a los vecinos que “no tienen por qué estar preocupados”, ya que “allá donde la Generalitat abre un centro no se abandona a nadie”.
Emergencia
“Seguiremos intentando trabajar con el Ayuntamiento para informar bien a los vecinos de Rubí de los objetivos del centro y también de los beneficios de que se abra un centro en el municipio”, que “también los hay”, dijo. La directora general de la DGAIA manifestó que “es evidente” que es un modelo de centro que se ha “creado para la emergencia”, y añadió: “Esperamos que a la larga no tengamos que tener centros de estas magnitudes”.
Cabanes reconoció que han avisado “a muchos municipios de la apertura de un nuevo centro con muy poca antelación”, pero que esta vez “ha sido diferente”, ya que avisaron al Ayuntamiento de Rubí de que abrirían las instalaciones a mediados del pasado junio.