La Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) impulsaron en 2015 una planta experimental de depuración de aguas residuales en Rubí generadora de energía. Tres años después, la depuradora ya ha dado sus primeros resultados y ha logrado compensar el consumo de energía en el tratamiento de residuos con la producción de biogás, lo que abre la puerta a rediseñar una depuradora urbana con un consumo nulo de energía.
Así, se ha reducido hasta un 35% el consumo de energía en el proceso biológico del tratamiento, que se ha compensado con el aumento de hasta un 35% de la producción de biogás. La compensación entre la reducción del consumo de energía con un incremento del mismo porcentaje en la producción de biogás supone "un paso más hacia la autosuficiencia energética de las depuradoras y su contribución a la economía circular", señala la ACA.
Los resultados son fruto del proyecto Life Saving-e, una iniciativa europea para avanzar hacia la autosuficiencia energética de las depuradoras urbanas. Sus impulsores concluyen que "es posible el salto para rediseñar una depuradora urbana y convertirla en un sistema con consumo nulo de energía, o incluso, en un productor neto".
Con un presupuesto superior a 1,1 millones y un período de trabajo de tres años y medio, el proyecto y los resultados obtenidos han pivotado alrededor de una planta piloto creada en la estación depuradora de aguas residuales de Rubí.
Tecnología Saving-E
Forman parte del proyecto la ACA, Depuración de Aguas del Mediterráneo, la Water Supply and Sanitation Technology Platform y la UAB, como coordinadora.
A lo largo de este año, mediante un convenio firmado recientemente entre los socios, se operará en la planta piloto para contrastar los datos obtenidos y consolidar los resultados previstos, en particular cuando se opera a bajas temperaturas. Estos resultados servirán para establecer las bases del futuro dimensionamiento a escala real de la tecnología Saving-E.
Esta tecnología trata la materia orgánica que entra con el agua residual en un reactor aerobio de alta carga con bajo consumo de oxígeno, de manera que el barro producido tiene un gran potencial para producir metano (mayor al de una depuradora convencional). Luego, el agua residual entra en un reactor aerobio granular de nitritación parcial, donde el nitrógeno amoniacal se oxida parcialmente a nitrito, reduciéndose de forma sustancial el consumo energético de aireación respecto a los sistemas actuales. Más tarde, en un reactor anammox granular, el nitrito y el amonio se transforman en biogás, sin necesidad de aportar materia orgánica.