Tenía ya unos cuantos antecedentes a sus espaldas cuando el verano pasado, cuchillo en mano, cuchillazo, asaltó una farmacia de Terrassa de la que huyó sin obtener el botín deseado: las víctimas no podían acceder al dinero porque la recaudación iba directa a una caja fuerte. Se marchó, vencido por la tecnología de seguridad, y tan enojado que soltó un improperio con dura amenaza antes de salir a la calle: "Hijos de puta, os voy a matar a todos". Lo cazaron poco después y cuatro días más tarde del atraco ingresó en prisión.
La fiscal acusa a un individuo de origen marroquí de ese atraco, perpetrado el 14 de agosto del 2018, a las diez de la noche, en una farmacia de la avenida de Josep Tarradellas, y pide que se le condene por ello a cuatro años y tres meses de prisión. El delito: robo con intimidación con uso de arma, en establecimiento abierto al público; eso sí, en grado de tentativa. Y con la circunstancia agravante de multirreincidencia. El mismo sujeto había sido condenado en febrero del 2006 por un juzgado de lo penal de Terrassa a cuatro años de prisión por un robo con violencia o intimidación, y en julio de ese año, por un juzgado de Sabadell, a siete años de cárcel por dos delitos análogos.
En agosto del 2006 fue un juzgado de Manresa el que le impuso una pena de dos años de prisión por un atraco. En aquella época iba casi a sentencia firme por mes: en septiembre del 2006 un juzgado de lo penal de Barcelona lo condenó a dos años de cárcel. El siguiente castigo, dictado por un órgano penal de Terrassa, llegó en enero del 2007 y consistió en un fallo de tres años y 9 meses de prisión. En noviembre de aquel mismo año un juzgado de Manresa le impuso tres años y medio por lo mismo, robo con violencia o intimidación. En octubre del 2010 la pena fue de tres años y seis meses y la dictó un juzgado de Sabadell.
Abultado historial
Con su abultado historial delictivo, y un cuchillo de cocina de grandes dimensiones, allí estaba, en una farmacia de la avenida de Josep Tarradellas, el 14 de agosto, según se desprende del relato de la fiscal. El ladrón se dirigió a dos empleados del establecimiento, un hombre y una mujer, esgrimiendo la imponente arma blanca para infundirles temor.
Les exigió las llaves de la caja registradora, pero los trabajadores no disponían de las llaves porque la botica estaba dotada de un sistema de seguridad similar al de otros comercios: el dinero entregado por los clientes va directamente a una caja fuerte. El atracador intentó abrir la caja donde se depositaban los billetes en el inicio de ese circuito, pero no pudo hacerlo y se largó, enfadado. "Hijos de puta, os voy a matar a todos", soltó antes de salir del establecimiento.
Eso fue el 14 de agosto, a eso de las diez de la noche. Tres días después, el 17 de agosto, los Mossos d’Esquadra detuvieron al sospechoso. Lo pasaron al día siguiente a disposición judicial, y el juzgado de instrucción número 3 de Terrassa, de guardia en aquellos momentos, resolvió su ingreso en prisión provisional.
Juicio
Menos de un año después, la Audiencia Provincial de Barcelona tiene señalado el juicio. Será, en principio, mañana viernes, 5 de julio, en la sección séptima. El Ministerio Fiscal, que interesa la declaración de cinco testigos, entre ellos dos mossos, reclama cuatro años y tres meses de prisión, pero pide que el acusado sea expulsado de España, con prohibición de regreso durante diez años, cuando cumpla dos tercios de la condena.