El tramo final de la Rambla d’Ègara, hacia la Rambleta, fue el domingo por la tarde el espacio más solidario de la Festa Major por excelencia. Unas treinta entidades que se dedican a la cooperación para ayudar a colectivos de países subdesarrollados desplegaron su carpa, para explicar su trabajo, captar socios y vender productos para recaudar fondos para sus proyectos.
La "Festa Solidària" estuvo amenizada por dos grupos de música foránea pero con residencia en Terrassa y Barcelona. La formación NGomez Nokass, con raíces africanas, fue el primero en subir al escenario del Parc dels Catalans. Y tras un "impasse" de hora y media, hacia las ocho de la tarde, tomó el relevo Salam, con música y danza popular árabe.
La cita arrancó a media tarde cuando el sol aún se reivindicaba y la temperatura era alta. No fue un obstáculo. Las entidades abrieron su estand y recibieron a los primeros visitantes que, botella de agua en mano (un recurso imprescindible en esta fiesta), se acercaron hasta el lugar para conocer ese sector del voluntariado. Un paseo por las carpas constató su diversidad y riqueza, sobre todo en proyectos de ayuda a niños, adolescentes y jóvenes de países que sobreviven con mucha precariedad. Niños de la Lata es una entidad de estas. Fundada por un egarense, Amador Vázquez, hace tres años, está dedicada a erradicar la mendicidad infantil en Senegal. Nerea González, al pie de la carpa, explicó entusiasmada que han abierto un hogar en aquel país y que atienden a un promedio de ochenta niños "talibés" (son los que se donan al "marabú", un personaje que les obliga a pedir limosna).
También hay acción solidaria con niños de Marruecos. Hablamos, entre otras, con la Associació Amics dels Infants de Marroc, que fue creada en 2000 en Terrassa. Josep Sanhellí y Òscar Roselló contaron que su tarea es fomentar la adopción de niños abandonados de ese país. Josep, con dos adopciones y Òscar, con una, explicaron que cada día hay 22 niños que se quedan sin hogar. También promueven proyectos cooperativos y ayudas puntuales en Marruecos.
Los grupos de música que actuaron, con raíz en esos países, se apreciaban privilegiados en constraste con los apuntes descritos. NGomez Nokass y Salam interpretaron una música con ADN de África y Marruecos que sonó festiva y rebelde. Sigue habiendo causa para reclamar igualdad de oportunidades.