Terrassa

Polémica por la retirada de la hoguera de Sant Joan en el barrio de Sant Pere Nord

"Este año el Ayuntamiento nos está dejando sin hoguera", lamentaba una vecina de Sant Pere Nord cuando, el domingo por la mañana, unos operarios ultimaban el desmontaje del material amontonado donde siempre, en el descampado radicado entre la calle de Provença y la de Roig Ventura. Sí, el Ayuntamiento la desmanteló por exceso de materia, y de materia, además, tóxica. Eso explica el Consistorio, y añade que la hoguera no tenía permiso.

En efecto, nadie lo pidió, parece. Otros años el desmontaje había sido parcial y los vecinos prendían fuego a la madera acumulada en la noche de Sant Joan, como siempre y como en otros lugares. Esta vez, el fulgor fue mínimo. Alguien encendió una hoguerita, algo simbólico, como pudo verse en fotografías difundidas por redes sociales al tiempo que en otros mensajes se extendía la sorpresa, entreverada con la indignación, por la decisión municipal.

Contenedores
La colocación de grandes contenedores junto al lugar donde se acumulaban muebles y otros enseres permitía deducir que el Consistorio, cuando menos, reduciría el volumen de trastos antes del encendido de la pira. Cierto es que muchas personas dejaron en el descampado, junto al campo de fútbol municipal de Sant Pere Nord, maderas de diversa ralea; pero no es menos cierto que hubo aportaciones no tan tradicionales: se vio a gente depositar allí residuos de todo tipo, como en un vertedero irregular.

Muchas piezas abandonadas en el sector eran tóxicas y el gobierno municipal deja claro que no podía consentir tal acumulación ni, por supuesto, su quema, por una cuestión de seguridad. El montón empezó unas cuantas semanas antes de Sant Joan y se hizo mastodóntico. Pocas horas antes de la noche mágica, la del domingo 23 de junio, los trastos fueron depositados en los contenedores metálicos. No quedó rastro de ellos.

Hubo una minihoguera, algo improvisado. La maxihoguera quedó desmontada: contenía mucho material tóxico y no tenía permiso, según el Ayuntamiento. Sólo tres lo tenían: una en Sant Llorenç, otra en Sant Pere y una tercera en el Antic Poble de Sant Pere.

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