El nuevo cartapacio municipal no acaba de agradar a los grupos municipales de la oposición: PSC, C’s y Junts. La distribución de las responsabilidades entre los 15 miembros del gobierno (TxT y ERC) ha desatado las críticas entre el resto de partidos, que ven un organigrama realizado para el lucimiento del alcalde, Jordi Ballart, sin que él mismo asuma ninguna responsabilidad directa.
El portavoz del PSC, Alfredo Vega, que sustituyó a Ballart cuando este abandonó la alcaldía en noviembre de 2017, considera que el cartapacio es "continuista". Uno de los motivos es porque el alcalde "sigue sin asumir ninguna responsabilidad de gobierno". Esto es muy "made in Ballart", asegura. Además de no gestionar ningún asunto de forma directa "se protege" con un coordinador general. En resumen, "parece que Jordi Ballart renuncia a llevar ningún tema que tenga que ver con la política", critica el edil socialista. "Esperemos que, como mínimo, tengamos un alcalde que dé la cara en los órganos de control del Ayuntamiento y en los debates porque se ha quitado todas las responsabilidades de encima", sentencia.
También en C’s aventuran la ausencia del alcalde en aspectos vinculados a la gestión política. "El proyecto político que gobernará la ciudad ofrecerá la vertiente más populista de un alcalde que se reafirma en una manera de actuar mediática y emotiva, alejada de la gestión eficiente de los recursos materiales", denuncia Javier González.
El portavoz del partido naranja asegura que "el nuevo cartapacio está al servicio de una ambición personalista". La creación de la figura del coordinador general, entiende González, también está pensada para descargar de trabajo al primer edil: "Isidre Colàs es una persona reputada y respetada por todas las fuerzas políticas, pero su nombramiento es una prueba más de que el alcalde se va a desentender de la gestión pública para gestionar su agenda personal", sostiene el portavoz de C’s.
En Junts per Terrassa, Miquel Sàmper, echa de menos "que el alcalde dirija algo". Asegura que, dada la "holgada" victoria con la que su partido (TxT) ganó las elecciones, "Ballart debería haber asumido la proyección de la ciudad. Nadie mejor que un alcalde para vender Terrassa".
Desde el PSC señalan que un gobierno con 15 concejales, donde todos tienen atribuciones, es un "gobierno con una amplia capacidad de acción" ya que tiene una holgada mayoría absoluta. Por esto mismo "no se entendería", añade Vega, que aumente el número de cargos de confianza. Vega recuerda que él, con un gobierno de solo nueve ediles, tan solo contrató a dos cargos de confianza. "No sería de recibo ampliar esa cifra". señala.
Las retribuciones
El concejal socialista está expectante a ver cómo se asigna el grado de dedicación de cada uno de los concejales. Considera que "hay delegaciones de responsabilidades que no requerirían de una dedicación exclusiva". La dedicación repercute directamente en el salario que perciben los ediles. En este sentido, Vega considera que la presencia del concejal de Deportes en la junta de gobierno no está justificada. "Parece más una subida de sueldo a costa de la ciudad que una necesidad", critica.
Desde C’s no ven acertadas algunas delegaciones dada la experiencia y la gestión pasada de algunos ediles, que repiten en el gobierno. Es el caso de la designación de Lluïsa Melgares (anteriormente edil socialista) como teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad. "Su currículum hace difícil confiar en que logre que el urbanismo sea el motor de transformación y dinamización que Terrassa necesita". sostiene González.
Tampoco considera conveniente la designación de Isaac Albert (ERC) al frente del área de Promoción Económica y Proyección de la Ciudad: "Albert apoyó y sigue apoyando a los responsables del golpe de octubre de 2017 que, entre otras cosas, ha provocado la marcha de más de cinco mil empresas de Catalunya", afirma González.
Sobre la estructura del gobierno, Sàmper, de Junts per Terrassa, considera acertado que el área de Promoción Económica integre las responsabilidades de Comercio, Universidad e Innovación, una petición desoída que el propio Sàmper realizó al alcalde cuando gobernaron juntos, entre 2015 y 2017. El edil considera, en cambio, que el área de Territorio debería desdoblarse en dos para "poder atender correctamente los carencias que tiene la ciudad".