Terrassa

Se reabren 8 de los 9 pipicanes cerrados por miedo a un veneno

Los dueños de los perros ya pueden respirar algo más aliviados. No parece que la persona que el domingo colgó un anónimo asegurando que había rociado veneno en el pipicán de Can Tusell haya cumplido con su alarmante amenaza. El Ayuntamiento decidió ayer abrir 8 de los 9 recintos clausurados. Todos, excepto el de la avenida de Béjar, donde apareció la nota, a la espera del resultado de un análisis más exhaustivo.

A las 7.15 horas de la mañana, el Ayuntamiento reabrió ayer 8 de los 9 espacios de recreo para perros que cerró el lunes como medida preventiva ante la nota aparecida un día antes en Can Tusell. En dicho anónimo, alguien alertaba de que había rociado el espacio con sulfato de estricnina, un polvo venenoso que puede incluso causar la muerte del que lo ingiere. El desalmado advertía que volvería a repetir la acción "varias veces" a lo largo del año. Ante la alarma desatada, el mismo domingo la Policía Municipal procedió a cerrar el pipicán de la avenida de Béjar y el lunes hizo lo mismo con el resto de espacios de recreo para perros de la ciudad. Por "prevención", explicaba el Ayuntamiento, se tomó esta drástica medida, que ahora ya están en condiciones de revertir.

Durante estos días, técnicos del servicio de Medio Ambiente han realizado inspecciones en los 9 pipicanes de la ciudad. En estas concienzudas revisiones, explican desde el Consistorio, no se ha encontrado "ningún indicio" de la presencia de sulfato de estricnina ni de ningún otro veneno. Es por este motivo que han convenido en reabrir 8 de las 9 zonas de recreo para canes. Todas, excepto la de la zona cero: la situada en la avenida de Béjar donde el domingo apareció el inquietante aviso anónimo.

Las lluvias no ayudan a limpiar
Fuentes municipales explican que se ha tomado esta decisión después de que expertos en veterinaria y toxicología hayan asegurado que el sulfato de estricnina tiene una baja solubilidad en agua y tendencia a permanecer allí donde supuestamente está. Esto significa que, en caso de que el veneno esté presente en el pipican de Can Tusell, la lluvia caída el martes (o el agua que pudiese emplearse para limpiar la zona) no ha contribuido a disolverlo.

Ante esta condición, el Ayuntamiento ha encargado a un laboratorio externo la realización de unos análisis a partir de muestras significativas de los elementos que hay en el pipicán de la avenida de Béjar. El objetivo es asegurarse de que no hay rastro alguno de sulfato de estricnina en el recinto. Desde Medio Ambiente no pueden precisar cuánto tiempo más se alargará el cierre de la zona. Tomarán una decisión cuando dispongan del resultado de las analíticas.

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