Terrassa

Los alumnos toman la BCT para preparar sus exámenes

Los centros educativos ya respiran ambiente de fin de curso. Las aulas se van quedando cada vez más vacías y en contrapartida se llenan aquellas dedicadas al estudio. Es tiempo de exámenes y toca hincar los codos para disfrutar de un verano tranquilo.

Alumnos de estudios diversos, desde secundaria hasta universitarios, pasando por los que preparan oposiciones, buscan estos días refugio en espacios adecuados para repasar las materias. Uno de los más solicitados y concurridos es, como siempre, la Biblioteca Central de Terrassa (BCT) en el Passeig de les Lletres.

A las diez de la mañana del jueves -día que acudió este diario-, la BCT se asemeja más a una gran sala de estudio que de consulta, lectura o entretenimiento. Jóvenes y no tan jóvenes se adentran en el recinto en busca de un puesto que, en la mayoría de los casos, lo ocuparán hasta la noche. La jornada se presenta larga por lo que habrá que descansar un poco. Habitualmente, los alumnos se toman un respiro al mediodía y al caer la tarde para cumplir con el almuerzo y la cena.

Berta Llargués y Júlia Mitjavila son dos alumnas del Institut Montserrat Roig que se preparan para las Pruebas de Acceso a la Selectividad (PAU) que se celebrarán los días 12,13 y 14 de junio. Cuentan ambas que finalizaron las clases sobre el 8 de mayo, que se tomaron después una semana de relax y que a la siguiente empezaron a estudiar para las PAU que, en su caso, tendrán lugar en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Dos opciones
Berta ha optado por la BCT porque “en casa no me concentro; estoy pendiente de muchas cosas, entre ellas el móvil”. Júlia, en cambio, prefiere alternar ambos espacios. “A mi me gusta estudiar en voz alta y y esta forma de hacer no va bien la BCT porque molestas. Así que durante el día suelo estar en casa y por la noche, después de cenar con la familia, vengo a la biblioteca porque hay más tranquilidad”.

Las dos alumnas del Montserrat Roig se examinaran de las cinco materias obligatorias de las PAU y de específicas para subir nota. Berta quiere estudiar Relaciones Internacionales y Júlia, Filología Inglesa; las dos en la UAB. Están bastante confiadas porque su nota media de bachillerato es un 8 pero quieren ir más seguras. Lo que llevan peor, la historia, porque hay mucho temario para memorizar. Decir adiós al instituto y dar la bienvenida a la universidad les ilusiona. ¿Cómo se imaginan su nueva etapa? Pues motivadora. “Por fin estudiaremos lo que nos interesa”, coincidieron en señalar.

Jan Scarabelli y Gerard Navarro, ya han superado esta frontera. Los dos alumnos, de 18 y 19 años, respectivamente, están ya en la universidad. Cursan primero de Matemáticas computacionales y Analítica de datos en la UAB, unos estudios estrenados este curso y que pidieron de nota corte un 10,35 en su despegue. Los estudiantes han empezado los exámenes de trimestre y de final de curso esta semana y acabarán el próximo 18 de junio. Los dos combinan trabajo en casa y en la BCT. “Normalmente venimos aquí si quedas con otros compañeros porque te permite un estudio más colaborativo. Si hay que estudiar solo, casi que preferimos quedarnos en casa”.

Jan y Gerard ven ventajas en la BCT por el silencio -todos van a una- pero, sobre todo, las valoran por la mañana. “Por la tarde, la cosa se pone más difícil. A medida que avanza la tarde viene más gente y es complicado hallar una silla. Así que mejor, en casa”. Ambos subrayan que si toman la alternativa de quedarse en su casa, se concentran por igual, por aquello de la responsabilidad. “La universidad es un cambio muy importante en tu trayectoria personal. Estudias lo que deseas, el trato del profesor con el alumnado es diferente, tienes más libertad pero también te obliga a ser más exigente y responsable”, alegan.

Reencuentro
David Padrós, de 44 años, ya finalizó la carrera de Psicopedagogía y trabaja como administrativo en el Ayuntamiento de Rubí. David ha seguido formándose, estudia inglés en la Escola Oficial d’Idiomes (EOI) y va a la BCT para preparar su examen final de 5º curso de esa lengua extranjera. “Aspiro a superarlo y a obtener el título oficial. Creo que tendré buen nota. La clave está en ser constante durante el curso para que el final no te sorprenda”. El alumno de la EOI admite que podría estudiar en casa pero dice que en la BCT se concentra más.

David dejaba la biblioteca esta semana puesto que sus exámenes eran en breve. Berta, Júlia, Jan y Gerard aún continuarán acudiendo al espacio que, cabe decir, que es un remanso de paz. Los alumnos consultados tenían pocas quejas, más allá de las clásicas, la falta de espacio y más horario (pedían que abriera también los domingos).

El aula de estudio de BCT empezó como tal, con horario prolongado hasta las doce de la noche, el pasado 20 de mayo y lo hará hasta el 27 de junio. El número de usuarios, a partir de las 20.30 horas de la noche y hasta las 24 horas, ha ido creciendo paulatinamente desde los 167 del primer día hasta llegar a un tope de 486 el jueves de esta semana. Y se espera que, los días antes de la selectividad (lunes y martes próximos) sean muy intensos. La primera estadística también diferencia el sexo. Hay más chicas que chicos. Las estudiantes, ese día de máxima afluencia, doblaron el número (322 mujeres frente a 649 hombres).

Además de la BCT, el Ayuntamiento tiene convenio con el campus de la Universitat Politècnica de Catalunya ( UPC). En ese lugar si hay espacios de estudio que abren el domingo, en el periodo de exámenes, desde las diez de la mañana hasta las la medianoche. Asimismo también se puede acudir a la biblioteca de la UPC aunque aquí se necesita carnet de la universidad. El número de visitantes a su biblioteca en época de exámenes alcanza los novecientos, según la UPC.

El apunte

El Ayuntamiento prolonga el horario de la BCT hasta la medianoche. También pone a disposición aulas en domingo en el edificio TR10 del campus de la UPC, desde las diez de la mañana hasta las doce de la noche

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