El lunes, Josep Rull relataba en su celda para los lectores de Diari de Terrassa la dureza con que, estaba convencido, el día siguiente la Fiscalía calificaría el "procés" en su escrito de acusación definitivo: "golpe de Estado". Hoy publicamos sus reflexiones.
"Para la Fiscalía el juicio no ha existido", argumenta Rull desde la cárcel. El político egarense defiende que "los testigos, las pruebas periciales y documentales han sido demoledoras para el relato y para las pretensiones de los fiscales", ya que ningún vídeo ha probado "las gravísimas acusaciones de violencia desbocada" que relata la Fiscalía. "No las necesitan", denuncia, "tuvieron suficiente con un único testimonio, el del coronel Baena y su tesis del ‘ambiente insurreccional’. Todo es subversión: Los derechos de manifestación, de reunión, de libertad de expresión, de desobediencia civil pacífica…todo". El alegado de la Fiscalía no contiene "ninguna prueba, sólo criminalización de ideas".
Los presos ya intuyeron la pasada semana la dureza del Ministerio público, la Abogacía del Estado y Vox. A Josep Rull le piden"16 años, 11,5 años y 74 años respectivamente", peticiones que "deberían avergonzar a todo el que tenga un mínimo sentido democrático".
Vulneración de derechos
En el tramo final del juicio al "procés", cuando la Fiscalía eleva los hechos de otoño de 2017 en Catalunya a "golpe de Estado", "un ataque contra el orden constitucional, no contra el orden público y por eso no puede ser una sedición", dijo el fiscal Javier Zaragoza en su duro alegato, Josep Rull revela el contenido del escrito de conclusiones definitivas de la defensa.
Empezará, avanza, con una relación "exhaustiva de las vulneración de derechos que se han producido durante las sesiones del juicio oral". Rull se reconoce "impactado" por el volumen y la trascendencia, afirma, de un argentario que servirá de base para el recurso de los presos catalanes ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En su crónica desde prisión tras la pausa electoral, el político menciona algunos de los derechos que creen conculcados durante la vista. La vulneración del derecho a un proceso con garantías "por imposibilidad de confrontar las declaraciones testificales con la prueba documental videográfica". Eso ha permitido, denuncia, que "algunos testigos de la acusación hayan mentido al Tribunal o hayan exagerado ostensiblemente", sin que se hayan podido exhibir las imágenes que contradecían esas versiones.
La defensa también estima que se ha vulnerado el principio de igualdad de armas entre la acusación y las defensas. Cita como ejemplo el diferente criterio del tribunal, que permitió a las acusaciones preguntar a testigos como Gabriel Rufián sobre su filiación política e ideológica -"si era socio de entidades independentistas"-, mientras "el Tribunal no permitió que las defensas preguntaran a la secretaria judicial del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona si era seguidora de páginas de extrema derecha".
Rull también cita los "vacíos de memoria impunes" de Mariano Rajoy, Soraya Saez de Santamaria y Juan Ignacio Zoido, frente a la querella interpuesta por falso testimonio contra el Responsable de Difusión Institucional de la Generalitat, que respondió repetidamente con las frases "no se nada" y "no lo recuerdo" a las preguntas de la Fiscalía.
El "rol acusatorio" de la presidencia del Tribunal y la "vulneración del derecho a utilizar la lengua catalana" durante el juicio se suman a la lista de derechos vulnerados que incorpora la defensa a su escrito de conclusiones definitivas.
Poco optimista
Estos precedentes "hacen que seamos poco optimistas a la hora de esperar justicia" confiesa Rull, que en la recta final del juicio recuerda que la Fiscalía, la Abogacía del Estado y Vox "me continúan acusando de tres cosas. Firmar en 2015 la hoja de ruta del "procés", "que fue la base de un programa electoral que recibió el apoyo mayoritario de la ciudadanía". De los siete firmantes, recuerda, "solo tres estamos procesados".
Se le acusa también de "haberme reunido en varias ocasiones para preparar el proceso de independencia, pero siguen siendo incapaces de decir cuando, donde con quien y para hacer qué". Respecto a la negativa de Rull como conseller de Territori i Sostenibilidad, al atraque del buque Moby Dada (el popular Piolín) en el Port de Palamós, "lo que más me indigna" es que Fiscalía "continúa manteniendo una manipulación impresentable de una entrevista que me hicieron en El Nacional" con la "yuxtaposición" de "frases fuera de contexto".
Josep Rull se despide de los lectores agradeciendo las cartas que sigue recibiendo a diario desde la ciudad de Terrassa y también desde toda Catalunya. "Me hacen sentirme vivo, conectado, esperanzado y sobre todo extraordinariamente orgulloso de compartir (aunque sea desde la distancia), esta gran ciudad".