¿Cómo accedió a la dirección del instituto?
El Institut Jaume Cabré es un centro de nueva creación. Desde Serveis Territorials nos hicieron la propuesta de ponerlo en marcha y aceptamos. Desde febrero de 2018 empezamos a formar el equipo de docentes y a coordinarnos con la Escola Marquès Casals para preparar el curso, ya que compartimos las instalaciones.
¿Qué valoración hace de este primer curso que ya finaliza?
Es un reto complejo. Se espera de ti que te ocupes de muchas tareas de distinta naturaleza: gestión académica, administrativa y económica; representación del centro ante las administraciones, entidades, otros centros; gestión de la convivencia, del despliegue del currículum, de la formación del profesorado… muchas cosas que te llevan a dudar de la capacidad en algunas ocasiones, imagino que sobretodo en casos como el mío, que estoy en mi primer año.
¿Le gusta más la gestión?
Al final, asumes la dirección porque los centros educativos lo necesitan, pero no podemos olvidar que somos profesoras de vocación. Así, dar clases es lo que me gusta más, con notable diferencia.
La profesión de docente tiene rostro femenino
Creo que en secundaria hay más profesores hombres que en primaria, pero es cierto que la mujer predomina en el mundo educativo. Igual como existen programas de incentivación de las vocaciones STEAM (vocación científica y tecnológica) para chicas porque son pocas las que se animan a cursar estos estudios en la universidad. Quizás la facultad de Ciencias de la Educación debería potenciar más que los chicos sean maestros.
¿Cree que hay una forma de dirigir diferente en función del sexo?
Imagino que depende, a parte del carácter de cada uno y del sexo, de la manera de entender la educación. Cada proyecto pedagógico de centro refleja la concepción educativa de la dirección del instituto. En nuestro caso, lo que más nos importa es la igualdad de oportunidades para todo el alumnado, la equidad y la inclusión; por ello, nos organizamos de una manera singular: proyectos, grupos cooperativos, relación con el entorno, protagonismo de los chicos y chicas… no creo que sea por mi carácter ni porque soy mujer, sino porque es mi manera de entender la educación.
Nuevo instituto y nuevo cargo. El escenario es poco propicio: mucha demanda en secundaria, más diversidad de alumnado, más matrícula inesperada, menos inversiones y menos subvenciones…¿Cómo viven el día a día?
En nuestro caso la diversidad viene de primaria, pero sí que tenemos también otros alumnos que se han incorporado durante el curso. Es cierto, hay mucho trabajo por hacer y pocos recursos. El día a día no es tan complicado; en las aulas, con tus alumnos, hay pocos problemas y son relativamente fáciles de solucionar, con un buen trabajo en equipo de la comunidad. Otro caso es ante la administración, que demanda algunas tareas más burocráticas que pedagógicas y que provocan esfuerzo y tiempo por parte de los equipos directivos y de coordinación. Quizás se podrían simplificar algunas de estas tareas para que todos tuviéramos más tiempo para el alumnado que, en definitiva, es lo más importante.
¿Qué le atrae más de su trabajo? ¿Y lo que menos?
En mi caso, lo mejor de todo es estar en el aula con los 57 adolescentes y los seis profesores que formamos el Institut Jaume Cabré, sin duda. En segundo lugar, lo que a mí más me gratifica es organizar la gestión pedagógica: proyectos de aula, mecanismos de evaluación, salidas y actividades con otros agentes del municipio. Lo que menos, la gestión burocrática del centro que, como ya he comentado antes, requiere de muchas horas.