Sílvia Guerrero no olvidará nunca la final de la Copa del Rey de fútbol del pasado sábado que FC Barcelona y Valencia disputaron en el estadio Benito Villamarín de Sevilla. No por el resultado negativo para el club del que es socia y aficionada, el Barça, sino por la experiencia personal que le tocó vivir en los accesos al recinto deportivo. La imagen de esta terrassense de 44 años en sujetador en los aledaños del estadio dio la vuelta al mundo, ejemplo de un episodio inaudito producido por la negativa de la Policía Nacional a permitir su acceso con una camiseta en la que se podía leer "Llibertat Pressos Polítics".
"No me dieron ninguna explicación, sólo me dijeron que no podía entrar con esa camiseta. Les comenté que no llevaba ninguna prenda más y no me dieron alternativa. Así que tuve que pasar el control en sujetador", explica. "Al final pensé que si a ellos no les daba vergüenza la situación, a mí tampoco me iba a dar. Están acostumbrados a que bajemos la cabeza, a reprimirnos. Y no estaba dispuesta." Y así, en ropa interior, captó la escena una cámara de TV3. Y esa imagen se proyectó al exterior bajo la denuncia pública de esta seguidora culé. "Es que nos tratan como si no fuésemos personas."
Con la adrenalina a tope
Sílvia pasó un par de controles en sujetador, pero en el último, en el acceso al estadio, le comunicaron que no podía hacerlo de ese modo. Pidió explicaciones, pero no las encontró. "Me dijeron que no tenían que darme ninguna explicación, de muy malas maneras. Yo daba el partido ya por perdido pero me acompañaba un amigo de mi hermano que no había estado en ninguna final y me ofreció una camiseta para poder entrar. Me llegaron a identificar y me amenazaron con una multa de 400 euros. Incluso le dijeron al amigo de mi hermano que le iban a denunciar por intoxicación etílica. Estaba con la adrenalina a tope y al final entramos en el estadio con esa camiseta prestada. Nos querían humillar, no hay duda."
Sílvia Guerrero viajó a Sevilla el mismo sábado, con un grupo de más de veinte personas que se han conocido en el Camp Nou. Entre ellos, su madre y su hermano. Durante el día paseó por Sevilla con la camiseta censurada, sin que nadie le recriminase nada. "Con esa camiseta he estado en la Festa Major de Terrassa, he ido a actos sociales, y nunca nadie me ha reprochado nada. Sólo esta vez."
Precedentes
Socia del Barça desde hace 18 años, ha estado en las finales más importantes de la historia reciente sin que le haya tocado vivir ninguna situación como la de Sevilla. "El año pasado, en la final de Copa en el Metropolitano, entré con una camiseta amarilla sin ningún problema. Y esta vez me dicen que esa camiseta puede incitar a la violencia. No podemos acobardarnos, estamos hablando de derechos y libertades."
Sílvia Guerrero se ha quejado del trato de la Policía Nacional ("parece que los catalanes seamos sus enemigos"), vive con estupor algunos artículos de prensa que han criticado su actuación, pero observa con esperanza la trascendencia pública de su denuncia. "Estamos viviendo una auténtica persecución. Y no se puede permitir."
Pese a que el FC Barcelona se ha intersado por su caso y le ha ofrecido el apoyo de sus servicios jurídicos, espera poco del papel del club azulgrana. "El año pasado se vivieron situaciones muy bestias en la final de Copa. Presenté una queja en el servicio de atención al socio, pero no hemos visto ninguna acción de la directiva. Ahora se han interesado por mi caso, pero advirtiéndome que es difícil. Yo me pregunto qué derechos tenemos ante una situación como esta. Fue un uso abusivo de la autoridad, una represión sobre mi persona. Y quiero asesorarme, saber qué puedo hacer ante una situación de estas características".