Terrassa

Una jornada con muchas opciones 

El día de ayer se despertó soleado y con temperatura agradable. Quizás fue esa circunstancia la que motivó que algunos colegios electorales ya registraran una notable afluencia a primera hora, de nueve a diez de la mañana, para la doble cita con las urnas, las municipales y las europeas. Los electores, convencidos de ejercer su derecho a voto, iban llegando a los equipamientos preparados para la convocatoria. Muchas personas se acercaban donde habían las papeletas de las candidaturas. En esta ocasión, se hacía un tanto difícil hallar la opción porque el despliegue era numeroso. Doce a elegir para las elecciones al Consistorio municipal y 32, nada menos, para el Parlamento europeo. Ayudaba que tenían un color diferente, las primeras blancas, las segundas, azules.

En el colegio situado en la Escola França, Josep Ferrer comentó que la parecía bien que hubiera tantas alternativas. “Al menos hemos roto con la rutina y esperemos que los resultados también lo hagan”, manifestó. Joan Arrufat, en cambio, opinaba lo contrario. “Sobran muchas”, dijo muy convencido. “Con dos sería suficiente”, añadió el afectuoso anciano que, con 90 años cumplidos, no se había perdido ninguna convocatoria. “Es importante votar”, agregó. Lluís Gascón compartió parte de la opinión. “Hay que participar. Yo siempre soy de los primeros en votar. Cuando abren a las nueve, ya estoy aquí”. Lluís se confesó de izquierdas y pidió a los políticos que “gane quien gane, que sea sincero y sobre todo que cuide de la limpieza de la ciudad”.

Importante la convocatoria municipal pero también la europea. Josep Maria Dinarés, en el colegio del Vapor Gran, lo resumió así. “Las elecciones de hoy son trascendentales. Hay muchas cosas en juego. Y Europa es esencial aunque no lo parezca porque sus políticas repercuten”. A su lado, su esposa, Montserrat Argemí, asentía. “Las dos convocatorias son relevantes. Las municipales porque elegimos a los representantes que formaran el gobierno de nuestra ciudad y las europeas a los que conformarán el parlamento europeo. Pero las decisiones que tomen los europeos también influyen, ya lo creo, aunque parezca que no”.

En la Escola França y en el Vapor Gran había trasiego por la mañana, vaivenes de electores que entraban y salían. Y como se vota en las cercanía, muchos se conocían y aprovechaban para saludarse. Presidentes y vocales se aplicaban en las listas, en hallar nombre y apellido, tras mostrar el documento acreditativo para votar. En el França había una mesa presidida por Carmen Martínez, que se estrenaba, y dos vocales que repetían.

Todo un veterano
Carles Sàmper, empleado de Ferrocarrils de la Generalitat, explicó que era la cuarta vez que participaba de la experiencia. “Me lo tomo con mucha filosofía y, después de tantas veces, incluso disfruto. Me encanta el ambiente que se genera en un colegio electoral”. El abogado Álvaro Machado, el otro vocal, contó que era la segunda vez. “La primera reacción es de protesta, de que te roban el domingo que tienes libre, pero después estás encantado de cumplir con la obligación ciudadana”.

Componentes de mesas con tablas y otros sin ninguna. Este era el caso de la mesa presidida por Marta Romera y los dos vocales Raúl Molins y Sara Valero en el colegio del Vapor Gran. “Estamos animados”, coincidieron los tres, aunque alguno de ellos no escondió que la primera reacción fue bastante negativa. “Lancé un grito al cielo”, dijo Raúl, ingeniero de profesión. Marta y Sara se mostraron más prudentes. “Quizás hubiera sido mejor disfrutar del día en familia pero es bueno también tener esta mirada de ciudadano desde el ruedo”. Presidentes y vocales entrevistados sólo desearon en las primera horas de la mañana de ayer que todo fuera bien. “El recuento será largo. Hay dos elecciones y muchas papeletas”. Ya lo decía Joan Arrufat, en el colegio França: “Dos son suficientes”.

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