Terrassa

Jordi Ballart acaba con los 40 años de gobierno socialista en Terrassa

Jordi Ballart regresa a la alcaldía de Terrassa después de arrebatarle el gobierno de la ciudad al PSC, el partido que abandonó en octubre de 2017 para emprender una aventura política personal que le ha llevado a la victoria electoral. Los socialistas no olvidarán una noche como la de ayer. La persona que abandonó la alcaldía a medio mandato, dinamitó el gobierno municipal y devolvió el carnet del PSC, es la que ha acabado poniendo fin a 40 años de gobierno socialista en la ciudad.

La victoria de Jordi Ballart ha sido rotunda, incontestable. El líder de Tot per Terrassa ha conseguido el voto de casi 28 mil ciudadanos, como en las mejores victorias del PSC, La "fiebre" Ballart, además, se ha vivido en toda Terrassa. La lista del ex alcalde ha dado el "sorpasso" en buena parte de los colegios electorales de la ciudad, lo que evidencia el arraigo territorial de su candidatura.

Ballart será el alcalde de Terrassa durante los próximos cuatro años. Con 10 concejales en el pleno municipal, Tot per Terrasa será el grupo municipal mayoritario, seguido de un PSC que ha cedido dos concejales y ha visto cómo se esfumaban 3.897 votos.

El PSC, a la oposición
Los socialistas pierden la alcaldía después de 40 años de hegemonía política. Pasan a la oposición tras sufrir un golpe en las urnas, aunque menor de lo que algunos vaticinaban. El efecto PSOE y Pedro Sánchez ha surtido efecto y ha salvado la debacle esperada tras la durísima crisis de gobierno que afrontaron en 2017 y la precariedad del final de mandato.

El PSC continuará en el pleno como primer partido de la oposición y lo hará con la peor representación de su historia. Siete concejales en un pleno en el que había llegado a tener 18 ediles (1983) y que ha controlado con mayoría absoluta o rozándola en siete de los diez mandatos de la democracia.

ERC-MES es la segunda ganadora de la noche electoral del 26 de mayo, aunque la suya es una victoria amarga. Los republicanos consiguieron ayer el apoyo de más de 14 mil electores, 4 mil más que en las últimas elecciones municipales.

El candidato Isaac Albert, sin embargo, no ha visto cumplido su objetivo de alcanzar la alcaldía de Terrassa, liderar el cambio político en la ciudad y teñir el pleno de amarillo republicano.

A partir de hoy se abren las negociaciones para la configuración del nuevo gobierno de la ciudad, en el que está por ver si ERC-MES decide participar. A priori está llamado a ser el grupo que apuntale la mayoría de Tot per Terrassa y garantice un mandato estable, pero serán los republicanos los que decidan si regresan al gobierno de la ciudad o prefieren pasar cuatro años más en la oposición.

Y es que como bloque, el independentismo pinchó ayer en Terrassa. ERC-MES no cumplió expectativas, el PDeCAT no logró rentabilizar la jugada de situar al ex conseller Lluis Puig al frente de su lista -ha perdido un concejal y se queda con dos, su peor resultado- y la CUP sale del pleno. Además, la lista de Primàries tampoco logró su objetivo de entrar. Juntos, los independentistas sumaron ayer casi 26 mil votos, 2 mil menos del vencedor Tot per Terrassa.

La debacle de los comunes
El fracaso más rotundo del 28 de mayo en Terrassa es el sufrido por los comunes. La candidatura de Xavi Matilla, que entró en 2015 en el Ayuntamiento con 6 concejales, liderando la oposición, se ha quedado fuera del pleno. La formación sólo movilizó ayer algo más de 4.500 votos, una cuarta parte de los 16 mil que le llevaron al Consistorio hace cuatro años.

El batacazo de los comunes ha sido enorme por inesperado. La formación aspiraba a ganar las elecciones y protagonizar el cambio de gobierno, en solitario o mediante alianzas postelectorales. En 2015 fracasó la posibilidad de liderar la alternativa y en 2017 tampoco prosperó una alianza para el cambio. Matilla esperaba que las municipales fueran su oportunidad.

Pero las urnas le han dado la espalda y ahora toca reflexionar. La ruptura con ICV, EUiA y Podem, que han ido con lista propia a las municipales, puede ser una de las claves del fracaso electoral. Por separado se han quedado fuera del pleno. Juntos hubieran sumado más de 8 mil votos: tres concejales.

Las expectativas de un pleno atomizado no se cumplieron ayer. La irrupción de Tot per Terrassa ha redefinido el mapa político del Consistorio, que vuelve a tener cinco únicas fuerzas políticas (en 2015 fueron 7). Junto TeC y la CUP, también sale del Ayuntamiento el PP, que ha perdido el único concejal que tenía.

To Top