Terrassa

VÍDEOENTREVISTA: Marc Medina, candidato de la CUP a la alcaldía

Parece que salen ustedes en todas las quinielas.
Nosotros estamos en las instituciones de Terrassa desde 2015, pero es cierto que la presencia de la CUP en los municipios viene de muchos años y realmente hay municipios, tanto medianos como grandes que cuentan con equipos de gobierno en los que la CUP tiene presencia. En ese sentido, nosotros, estamos muy convencidos de que nuestro trabajo tiene un reflejo.

¿Qué sentido tienen para ustedes las instituciones?
Siempre hemos querido dejar claro que las instituciones son para nosotros una herramienta más. Es un elemento más que se suma a la actividad política que hacemos en la calle. Es indispensable tener ese pie en las instituciones, pero no es prioritario para nosotros para la obtención de nuestros objetivos políticos. No nos preocupan excesivamente los resultados. Hay otros frentes en los que también trabajamos.

¿Tiene previsión de resultados? ¿Se sienten ustedes fuertes?
No tenemos ninguna previsión ni manejamos ninguna encuesta. Pensamos que podemos rentabilizar el trabajo que hemos hecho durante estos cuatro años. Sí, nos sentimos fuertes, convencidos de nuestras posibilidades. Con todo, no se trata únicamente de una cuestión electoral, de un número de votos determinado. Hemos aumentado nuestra militancia, hemos fortalecido nuestra organización y eso lo valoramos y nos hace ser optimistas.

¿Por qué no a la unidad de acción independentista?
Esta es una idea que hemos descartado desde que se planteó. Hemos sido muy honestos desde un primer momento en ese sentido. En primer lugar, pensamos que lo que es necesario es poner sobre la mesa el “qué” y no el “quien”. No se ha hablado de líneas programáticas, de objetivos concretos en la propuesta de unidad programática. Teniendo en cuenta lo que ocurre en el Govern de la Generalitat y nuestro paso atrás en el Parlament, entendemos que si no se habla de programa, no tiene sentido hablar de unidad.

¿Se dará esta unidad después de las elecciones?
Insisto en que se trata de hablar de programa, de actuaciones políticas concretas, de qué vamos a hacer en las instituciones. Entendemos que a nivel municipal, eso tiene mucho más sentido puesto que tendremos que hablar de movilidad, de servicio públicos, de vivienda, del agua, etcétera. Entendemos que si podemos llegar a acuerdos con otras fuerzas para llevar a cabo unas determinadas políticas, pues adelante. Más allá de esto, una unidad en abstracto, no tiene sentido para nosotros.

¿Les da miedo que no se entienda bien que esas convicciones les lleven a alinearse con partidos que defendieron el 155?
Discrepo. En cualquier caso, quien se ha apartado del camino inicialmente iniciado han sido las otras fuerzas independentistas. Recuerde que nosotros estábamos dispuestos a investir al president Puigdemont. Nosotros estábamos dispuestos a echar hacia delante el mandato del 1 de octubre. Actualmente no estamos en el mismo escenario. No tiene sentido insistir en la unidad en abstracto. No nos da miedo nuestra posición, sino al contrario, pensamos que de lo que se trata es de hablar de políticas concretas.

¿De qué se sienten ustedes más orgullosos de estos cuatro años en el Ayuntamiento?
Entendemos que hemos conseguido situar sobre la mesa debates que no habían estado antes sobre la mesa: urbanismo feminista, uso interseccional del espacio público, economía social y solidaria, participación ciudadana o la importancia de la participación en la definición de las políticas públicas del municipio o también en otra forma de hacer política en la calle. Hemos puesto en la agenda política temas que antes no habían tenido transcendencia. Además, hemos incidido también en temas importantes de ciudad, como propuestas concretas en materia de vivienda, hemos jugado un papel en la municipalización del agua. Creemos que hemos participado y en ocasiones influido de forma determinante en temas de cierta relevancia para la ciudad.

¿Han agotado ustedes ese bloque de propuestas mediáticas, como el nudismo en las piscinas o tienen más?

(Sonrisa) Nuestro programa político es muy amplio. Ahora lo estamos cerrando. Hemos realizado unos encuentros temáticos abiertos con una serie de grupos de trabajo para hacer el programa de cara a las elecciones, pero nuestra linea no variará mucho de lo que presentamos en 2015. No nos hemos guardado ningún as en la manga, si es a eso a lo que usted se refiere; entendemos que todo forma parte de una continuidad, seguiremos haciendo propuestas, esté seguro de ello.

¿De ese programa, qué tema priorizaría usted?
Para nosotros es fundamental el problema de la vivienda. Este podría ser uno de ellos. Existe una emergencia habitacional evidente. Apostamos por la creación de un gran parque público de vivienda social. Por otra parte, sería ideal que los ayuntamientos tuviesen la facultad de incidir en el precio de los alquileres, aunque por desgracia no tienen herramientas para incidir en ello. Por otra parte, debemos hablar de nuevas formas de acceso a la vivienda, como pueden ser la ‘masoveria? urbana, la cohabitación, que no sitúen la vivienda únicamente en el terreno de la propiedad.

Dígame otro de trascendencia “cupaire”.
No sé exactamente a lo que se refiere, pero otro gran tema, extremadamente importante para nosotros sería la municipalización de servicios públicos básicos. Pensamos en cuatro servicios esenciales: servicio de atención domiciliaria; la limpieza de equipamientos públicos y escuelas; el servicio de comedores escolares, tanto de escuelas primarias como de guarderías y por último los autobuses.

¿Qué ganaría la ciudad con ello?
Se trata de servicios importantísimos. Si sumásemos las cuantías de estos servicios seguramente nos iríamos a entre veinte y treinta millones de euros, una parte muy importante del presupuesto municipal. Entendemos que se deben municipalizar para mejorar el servicio, para mejorar la calidad del empleo que generan y para poder ejercer una fiscalización y un control tanto desde las instituciones como por parte de la ciudadanía.

¿El agua es el camino?
Sin duda. Nosotros estamos muy contentos y orgullosos de la municipalización del agua.

¿Incluso con la primera sentencia?
(Una sentencia judicial ha anulado una serie de acuerdos de pleno en el proceso de conclusión de la concesión que ha llevado al cambio de modelo de gestión) Efectivamente, a pesar de esa sentencia. Entendemos que esa sentencia se engloba, precisamente, en el proceso de judicialización al cual la empresa concesionaria, Mina, ha querido someter el proceso de municipalización; un proceso que entendíamos muy normal. Es decir, se trata de un servicio de titularidad pública y el Ayuntamiento, como titular, decide cuál es la mejor forma de gestionarlo y se ha decidido que sea a través de la gestión directa; no hay más.

Ustedes han criticado mucho la actitud de la empresa concesionaria. ¿Realmente ha sido tan grave su actitud?
Ha sido de absoluta hostilidad y de boicot al proceso. La actitud ha dejado mucho que desear. Ha actuado en contra de una decisión democrática y mayoritaria de veinte de los veintisiete concejales del pleno, además del apoyo de entidades ciudadanas.

Volvamos al contenido de la sentencia.
Volvamos. Estamos en total desacuerdo con su contenido y apoyamos plenamente al ayuntamiento en este procedimiento y, por tanto, el recurso que se debe presentar contra esa decisión judicial. Por otra parte, entendemos que la sentencia está completamente desvinculada de la decisión del cambio de modelo de gestión y que lo que está en cuestión es la reversión de una pequeña parte de los bienes que la sentencia dice que son de Mina.

¿Cómo debe afrontar la ciudad su futuro?
Obviamente a través de la revisión del POUM. El plan de ordenación del 2003 no está agotado en la medida en que no se ha desarrollado. Es decir, no todo aquello que contemplaba se ha llevado a cabo. Se trataba de un documento previo a una gravísima crisis económica y por tanto, podríamos decir que es esclavo de su tiempo. Su redacción se produce en un momento expansivo de la economía y eso marca tanto la fijación de objetivos como el modo de obtenerlos. Por tanto, dieciséis años después, creemos que es imprescindible su revisión y la aprobación de un nuevo plan de ordenación.

¿Desde qué presupuestos?
Por una parte, entendemos que el POUM de 2003 ampliaba mucho el suelo urbanizable de la ciudad, a costa, precisamente, de cargarse el suelo rústico, el no urbanizable, el territorio que rodea nuestra ciudad. Eso hay que revisarlo, porque la expansión de la ciudad debe tener unos límites. Debemos revisarlo también para introducir reservas de espacio para viviendas de protección oficial, un treinta por ciento del suelo urbano consolidado. Debemos entender la Terrassa de 2003 para entender la de 2019 y poder decidir cómo será la de 2030. Debemos, sobre todo, limitar la dinámica expansiva de la ciudad.

¿Cuál sería el modelo?
Entendemos que la ciudad es un todo y en él deben convivir en armonía las actividades que en ella se desarrollen. Por eso, apostamos por la diversificación de los usos. La industria y el comercio deben convivir con el residencial en un mismo espacio y evitar así una ciudad segmentada.

¿Favorecerá un escenario de reapertura del POUM la fragmentación del pleno que se prevé?
Terrassa no había vivido hasta ahora una situación como la que se ha vivido en este último mandato, como: un gobierno sin mayoría absoluta, todo lo contrario a lo que el PSC estaba acostumbrado hasta ahora. Una mayoría amplia limita el debate y la fragmentación obliga a generar espacios de consenso en las lineas prioritarias. A nosotros no nos asusta un escenario diverso en el pleno, todo lo contrario.

Si consiguieron lo de la jornada nudista en las piscinas, no debe ser tan complicado crear esos espacios de consenso.
(Sonríe). No se crea. La jornada nudista no molesta especialmente a nadie; aprobar la obligatoriedad de que un treinta por ciento de las viviendas que se construyan sean de protección oficial, afecta directamente al bolsillo de los promotores y eso no será tan fácil.

¿Cuáles serían las prioridades de la CUP en un escenario de pactos? ¿O ustedes se sienten más cómodos fuera de esa lógica?
No tenemos apriorismos. Nosotros nos presentamos a las instituciones por lo que decíamos anteriormente, porque es una herramienta de intervención política más y nos presentamos porque tenemos vocación de gobernar allí donde nos presentemos. Lo hemos demostrado en los lugares donde se ha dado el caso y mientras nos lo han permitido. Lo que no tiene sentido es hablarlo de forma previa.

Con fragmentación o no, los pactos serán inevitables.
Pero ello no quiere decir que se deban preestablecer obligatoriamente. Lo que sí es interesante es establecer posibles lineas de acuerdo. Si podemos entrar a gobernar o no, es algo que ahora no nos planteamos, en cualquier caso, lo analizaremos cuando se de la oportunidad y tomaremos la decisión como siempre lo hemos hecho de manera colectiva.

¿La coherencia de la CUP es la asamblea o es la asamblea la que proporciona la coherencia?
Entendemos como un valor a potenciar la toma de decisiones asambleariamente. Es lo que hemos hecho siempre y seguiremos haciendo. Es higiénico y saludable que las decisiones, las importantes y las que no lo son tanto, se tomen en grupo, porque así se fomenta el debate y la cohesión. Esa ha sido nuestra forma de funcionar y lo seguirá siendo, porque es nuestra forma de funcionar.

To Top