A punto de cerrarse la Fira Modernista dedicada al cine, será esta tarde, a las ocho en el Teatre Principal, ya se puede afirmar que ha sido un éxito de visitantes. Todas las actividades, desde las acciones teatralizadas hasta los espectáculos, pasando por las visitas al patrimonio, exposiciones y la amplia oferta gastronómica han registrado una gran afluencia de público. Y, como es habitual, la fiesta de la primavera ha vivido su momento de máximo esplendor el sábado por la tarde y el domingo al mediodía. Contribuye que es una fiesta de regreso al pasado de buen gusto, hermosa, y que en esta ocasión el tiempo ha acompañado con una temperatura muy agradable que apetecía estar en la calle y pasear.
La gran aportación, sin duda, de este viaje al 1900 es del Ayuntamiento, de las entidades, comerciantes y restauradores. Todos ellos decoran y dan ambiente a una Terrassa donde la industria textil era seña de identidad y los propietarios de las fábricas levantaron edificios que conforman un legado de gran valor que se debe esencialmente al arquitecto Lluís Muncunill. En la feria, este patrimonio, como la Masia Freixa y el Museu Nacional de la Ciència i la Tècnica, por citar los más destacados, cobran una vida presencial excepcional.