Terrassa

Isaac Albert quiere ser el alcalde de un nuevo proyecto de ciudad

¿Y por qué quiere Isaac Albert ser alcalde?, fue la primera pregunta del público tras la conferencia del candidato de Esquerra a la alcaldía. La respuesta: a quienes les gusta la política, y a Albert le entusiasma, lo mejor que les puede pasar es ser alcalde de su ciudad "para construir un proyecto compartido desde la proximidad". A la proximidad, a la gobernanza, también a la planificación del futuro y a la necesidad de un nuevo liderazgo aludió Albert en la conferencia que pronunció el miércoles en la Casa Alegre.

Era un acto de partido, sin duda, inaugural de campaña, pero con un sesgo abierto, institucional. Y el teniente de alcalde Marc Armengol, candidato en la lista del PSC, estaba en primera fila. Albert abrió su conferencia subrayando que el futuro "se construye día a día, no se pronostica ni se promete". Habló del reto "de una nueva visión colectiva", aspecto al que volvió una y otra vez mientras sugería que estamos inmersos en un fin de etapa.

El candidato republicano se refirió a la singularidad de Terrassa, pues cada ciudad "es una realidad única", pero dejó claro que todas las localidades similares a la nuestra "comparten problemas", tales que la desigualdad, el acceso a la vivienda, el cambio climático o el envejecimiento de la población. El presente, dijo, "nos anuncia la ciudad del mañana". Una ciudad, actualmente la tercera de Catalunya en número de habitantes, que deberá definir su carácter singular y su papel específico para ser atractiva como lugar de innovación.

Albert se mojó contra la propuesta de ampliación del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) con localidades como Terrassa y otras de la segunda corona. Para el candidato republicano, esa macroárea "no daría respuesta a los problemas y sería ingobernable", amén de que constituiría "un contrapoder al Govern" que ERC no comparte. La transformación de los valleses en una subregión "no pasa por diluirnos en una AMB gigantesca", sino por pactos y coordinación territorial en una zona "que no es sólo el patio trasero de Barcelona", sino que durante mucho tiempo ha sido "la fábrica de Catalunya, el motor del país". Para edificar ese proyecto compartido hay que hablar antes "sin prejuicios".

Exclusión social
Hay que hablar "de una movilidad segura y más sostenible", de la protección y conservación del patrimonio, de la "alarmante exclusión social" que exige una respuesta pública contundente. Y del predominio "de la economía del conocimiento, en red", de la economía social y coperativa "para conseguir trabajo de calidad", de la necesidad de atraer talento, de un crecimiento de la ciudad "de dentro afuera", con empresas preferentemente de aquí y con la mirada puesta en "una prosperidad más inclusiva". Esquerra Republicana aboga "por una planificación estratégica que ponga el clima en el centro", que tienda a la reducción del consumo energético y al uso preferente de energías renovables.

Uno de los ejes principales de la candidatura de Albert es el ámbito cultural y educativo. Terrassa, que adolece del peor índice de segregación escolar de Catalunya, debe ser "zona de actuación prioritaria en educación", con una apuesta clara por los institutos-escuela y la enseñanza "a tiempo completo". El candidato se dijo partidario de "fortalecer una nueva forma de gobernar" que desarrolle políticas de anticipación y tenga clara la lucha por la cohesión social. Son necesarios "nuevos pactos, nuevo liderazgo y nuevos talentos". Los terrassenses "no saben hacia dónde va su ciudad, y eso significa que su ciudad no va a ninguna parte".

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