Terrassa

Bodas de oro del INS Blanxart

La enseñanza pública está de aniversario. El Institut (INS) Investigador Blanxart cumple cincuenta años de vida y lo celebra con diversos actos, entre estos una exposición retrospectiva que se inauguró ayer y que se puede visitar este mes de mayo en el Arxiu Històric Comarcal del Vallès Occidental i Arxiu Històric de Terrasa.

El Blanxart es un instituto de referencia para miles de egarenses porque fue el primero que se construyó en la ciudad. Su origen se remonta a 1968-69 cuando el INS Arrahona de la carretera de Sabadell a Terrassa creó una sección delegada que, al curso siguiente, daría paso al nuevo instituto de Terrassa, aunque el nombre oficial de Investigador Blanxart no se concedió hasta 1972-73. En aquel momento la ciudad pedía demanda de un centro público con oferta de posobligatoria, debido fundamentalmente a los alumnos que acaban la primaria, que eran muchos, por la ola inmigratoria procedente de Andalucía Extremadura y Murcia.

El Blanxart se construyó en unos terrenos de la carretera de Castellar que fueron cedidos al Ayuntamiento en 1965 y cuyas obras fueron a cargo del Ministerio de Educación. El instituto arrancó con un acto oficial un 20 de octubre de 1969, bajo la dirección de Maria Teresa Cabré, con una oferta de bachillerato y doscientos alumnos. Las clases empezaron en régimen diurno y al curso siguiente se implantó el nocturno para cumplir con la petición de aquellos jóvenes que querían compaginar estudio y trabajo. Explica la directora, Maria Antònia Rodríguez, que los inicios fueron precarios. "No había profesores funcionarios, todos eran interinos. El edificio presentaba serios déficits, tanto de capacidad como de estructuras básicas. Además faltaba personal subalterno y administrativo, y material básico como las máquinas de escribir, material de laboratorio y deportivo. No había despachos ni espacio para los diferentes seminarios".

Llegada de la diversidad
Las demandas se fueron solventando poco a poco pero la demanda de matrícula seguía creciendo y hubo que ampliar las instalaciones. Fue en 1980 y se vivió con una gran fiesta, con una plantación de árboles en una zona del patio para convertirlo en un pequeño jardín. Rodríguez subraya que, durante muchos años, el Blanxart fue una seña de identidad en la ciudad porque era el único público para pasar después a ser del barrio. "Las demandas de escolarización en la posobligatoria comportaron la construcción de más centros de la misma tipología (hoy hay trece. La población se repartió y optó, lógicamente, por quedarse en el instituto más cercano a su vivienda".

El cambio más notable para este y todos los institutos vino de la mano de la LOGSE, en octubre, cuando el sistema pasó a una etapa obligatoria de 6 a l6 años (antes era hasta los 14 años), se modificó la primaria (seis años) y se introdujo la ESO (cuatro años). La modificación obligaba a que un/una alumna, si quería estudiar la ESO en la pública debía trasladarse al instituto, como en la actualidad.

Como han recordado muchos docentes, la LOGSE supuso un handicap para aquellos institutos que impartían bachillerato y COU. Con la nueva norma, entraban alumnos más jóvenes (12 años) y con inquietudes distintas. A todo ello se sumó décadas después una segunda ola inmigratoria, procedente en su mayoría de Marruecos, con dificultades en el idioma. Y esta segunda fase de recién llegados tenía la particularidad de que llegaba durante el año (la matrícula viva). Fueron los años más intensos en aulas de acogida para atender la diversidad.

Rodríguez considera que no es fácil gestionar estos escenarios cambiantes. "La población escolar ha ido en aumento -hoy vivimos una nueva matrícula viva- , ha cambiado, es muy diversa y los centros tenemos que dar respuesta a la nueva demanda social pese que las circunstancias no sean del todo favorables". La directora define el Blanxart de hoy como un centro que tiene la libertad, el respeto y la solidaridad como valores de referencia que guían nuestra tarea docente. Entendemos la educación como una intervención global en la formación de la persona y como el objetivo último es el éxito educativo, consideramos que la inclusión, la cohesión social y la educación emocional son aspectos fundamentales para llegar a este éxito".

El instituto ofrece ESO, bachillerato y FP. En bachillerato cabe destacar que imparte la modalidad artística (al igual que el Torre del Palau) y que mantiene el doble régimen, en diurno y nocturno. En FP se ha estrenado este curso con dos ciclos de la rama sanitaria: Curas auxiliares de enfermería y Documentación y administración sanitaria. Cuenta con un equipo de 75 profesores y 701 alumnos. Del proyecto pedagógico, la directora hace mención especial a la mejora de la competencia en lenguas extranjeras. En este sentido cuenta que el instituto gestiona estancias e intercambios internacionales. Ahora están inmersos en el programa eTwinning con los alumnos de 1º de ESO y han solicitado un Erasmus + para los alumnos de FP de sanidad. Y junto a los idiomas las nuevas tecnologías.

Literatura y pintura
Pero si hay algún aspecto diferencial de este centro es su apuesta desde siempre por la vertiente literaria y artística. En letras, el instituto incentiva la escritura a través de "Tal com raja" y "Tal com sents. La primera propuesta es la escritura de textos con ilustraciones de alumnos del bachillerato artístico. La segunda es un concurso de cuentos para los docentes de Catalunya. En pintura cabe destacar la realización de un mural de homenaje al investigador Daniel Blanxart, que da nombre al centro, gracias a la beca de Baumann Lab.

Rodríguez, en el balance, manifiesta que "el centro ha logrado recuperar el prestigio que tuvo y que perdió durante un tiempo. Hemos recibido 107 solicitudes en primera opción para el nuevo curso por lo que es todo un éxito y también un reto para los nuevos alumnos y familias que confían en nosotros". La directora recuerda que "educar no ha sido tarea sencilla. Si analizamos la situación que teníamos hace 50 años, cuando nació el instituto, no era tan diferente. Terrassa crecía y lo sigue haciendo y el sistema, los educadores, deben dan respuesta con la misma ilusión y energía que entonces".

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