Eligió un mal día para intentar robar en aquel coche, o aquel coche, pero habida cuenta de sus antecedentes aquello era lo más normal del mundo para él: trastear con un destornillador hasta forzar la cerradura de un vehículo. Pero lo dicho: aquel día se le giró y se le tornó aciago porque un mosso libre de servicio vio al delincuente manipular la puerta de un vehículo en el parking del Ikea de Sabadell. Y resultó que el mosso, terrassense, es atleta, y que el sospechoso echó a correr pero, ay, no logró escabullirse. Y el mosso lo detuvo. Por esa acción recibió ayer una felicitación pública del Àrea Bàsica Policial (ABP) de Terrassa, en la que trabaja patrullando la ciudad.
Josep (nombre ficticio, pues prefiere guardar el anonimato) tiene 31 años. El 16 de julio del 2018 iniciaba una semana de fiesta. Era lunes. Tenía que comprar en Ikea y a ese establecimiento se dirigió a eso de las 4.10 de la tarde. Llegó, buscó dónde estacionar en el aparcamiento comercial, aparcó su coche, se apeó y se encaminó hacia el interior del centro. Y cuando llegaba a una puerta de salida vio a un individuo porfiando para abrir un coche. Las sospechas asaltaron a Josep de inmediato, pero pronto las sospechas se convirtieron en certezas. Aquel tipo era un ladrón y aquel automóvil no era suyo.
El sujeto portaba un destornillador en una mano y con esa herramienta trataba de violentar la cerradura del vehículo. Era un joven alto, fornido.
El mosso de paisano no lo dudó. Caminó hacia el sospechoso y sacó su credencial. Por allí había alguien más, una chica que pronto abandonó la zona. Seguramente realizaba tareas de vigilancia, conchabada con el ladrón, pero se largó en cuanto la cosa se puso fea. Se acercó un poco al coche, pero no tardó en marcharse.
El delincuente se vio sorprendido. Apenas pudo ocultarlo cuando el mosso se aproximó a él, un poco, un poco más, tras enseñar su placa. Y balbució algunos pretextos blandos, que si estaba mirando qué le pasaba al coche, que no ocurría nada, pero Josep no le hizo mucho caso. Ya había sacado el móvil y llamado al 112 para alertar de lo que había visto y pedir la presencia de una patrulla. Transcurrieron unos segundos, un paréntesis de espera y un cruce de miradas, y de súbito el ladrón echó a correr.
El mosso arranca tras él en una carrera por el parking, en una persecución semicircular que dura poco, ya lo alcanza, ya, el fugitivo gira y se dirige al mismo sitio de partida, pero Josep lo coge en unos segundos. “No lo perdí de vista en ningún momento”, recuerda el mosso d’esquadra.
Estaba, y está, físicamente muy preparado. “Practico atletismo”, dice, con media sonrisa. Hay más: es triatleta. Eso el malhechor aquel no lo sabía.
Lo cogió y lo redujo en el suelo y el ladrón le propinaba empujones e intentaba agredirlo, aunque le faltaba resuello tras el galope frustrado. Y varias personas que habían presenciado la persecución alucinaban. Cuando el mosso tenía reducido al sospechoso se acercó un trabajador de un túnel de lavado cercano. Josep le explicó quién era y qué había pasado, y ese testigo se encargó de tranquilizar al resto de espectadores y de apartarlos poco a poco de la escena.
El aire que falta
El ladrón dimitió. Se quedó sentado. Le faltaba el aire. Había perdido su oportunidad. Llegaron dotaciones de mossos, de compañeros de Josep, esposaron al sujeto y se lo llevaron. Los policías contactaron con los dueños del vehículo y los avisaron del suceso
El mosso que comenzó de tal manera su semana de vacaciones, claro, no pudo comprar aquel día en Ikea. Debió volver días después. Aún no sabe por qué aquella tarde fue a parar a aquella zona del aparcamiento comercial, pues no es su camino habitual. Quién sabe. El mosso egarense, que ingresó en el cuerpo con 23 años, ha trabajado siempre en seguridad ciudadana, patrullando calles, pateando aceras, viéndoselas cada dos por tres con protagonistas de delitos como el que abortó el 16 de julio pasado cuando iba de paisano. Cumplió con su obligación, recalca. “Va en el sueldo”, agrega. Ayer recibió una felicitación de los Mossos d’Esquadra por aquel servicio.