La Fundació Antiga Caixa Terrassa se constituyó en 2013 con el ánimo de dar continuidad a la obra social y cultural de la desaparecida Caixa Terrassa. La misión ha sido, desde sus orígenes, como entidad sin ánimo de lucro, apoyar a la sociedad y a la ciudadanía de Terrassa y comarca en los ámbitos de la atención a personas mayores y a personas con diversidad funcional, así como en el fomento y divulgación de la cultura.
De hecho, la fundación heredó el patrimonio y los edificios de la antigua obra social y se hizo cargo de los proyectos más emblemáticos: Fupar, un centro de integración de personas con discapacidad; La Llar Fundació, dedicada a la atención de personas mayores con necesidades; y el Centre Cultural Terrassa, un equipamiento que ofrece una amplia actividad cultural destinada a todos los públicos a través de la programación de varios tipos de espectáculos y exposiciones de artes plásticas.
Por su configuración jurídica, la fundación no depende de ninguna otra propiedad, es una entidad ciudadana. Su órgano gestor es un patronato, en el que hay representantes de las instituciones y entidades terrassenses más importantes. El presidente es el empresario Ignasi Cusidó y Josep Ribera es el director general.
La Fundació Antiga Caixa Terrassa cuenta con la colaboración del BBVA, que patrocina algunos proyectos específicos. Cabe puntualizar, pero, que la entidad bancaria no es la responsable ni de la programación ni de las actividades ni del resultado de estas. "Nosotros tenemos la suerte de contar con un patrocinador como BBVA pero hay que subrayar que no es como Caixa Terrassa, que, de alguna manera, era la dueña de todo esto. Actualmente es el patronato quien lleva adelante toda la actividad", específica Cusidó. "Gracias al apoyo de BBVA podemos llevar a cabo algunos proyectos como la temporada estable de danza en el Centre Cultural pero los responsables de todo esto somos los miembros del patronato", comenta.
"Antes, esta obra social y cultural tenía una caja de ahorros detrás, que sí que se hacía cargo de toda la actividad de las distintas fundaciones y del déficit generado. Ahora no", destaca el presidente. "Este ha sido el gran reto que hemos tenido que afrontar", dice. De hecho, uno de los objetivos que se marcó el nuevo patronato en 2013 era el de conseguir el equilibrio en los presupuestos, o dicho de otro modo, que el conjunto de los recursos generados "cash flow" consolidados entre las cuatro fundaciones (Fundació Especial Antiga Caixa Terrassa, Fundació Cultural Caixa Terrassa – Centre Cultural Terrassa, Fundació Privada President Amat Roumens – Fupar i Fundació Privada President Torres Falguera – La Llar) no fuera negativo. "Prácticamente hemos conseguido el objetivo que la propia actividad no cree déficit. Sumando la gestión del patrimonio y el resultado de la actividad de cada una de las fundaciones, tenemos un ‘cash flow’ equilibrado", explica Cusidó. "De una forma u otra, podemos decir que ya no estamos perdiendo patrimonio", añade.
Últimos meses de mandato
Cusidó fue elegido presidente de la Fundació Antiga Caixa Terrassa en verano de 2013 para un periodo de seis años. Así pues, afronta los últimos meses de su mandato. "Han sido seis años en los que he sido muy feliz. No sé si lo hecho todo lo bien que merecía pero he puesto los cinco sentidos", asegura. "Pienso que este tipo de cargos se tienen que ir renovando. Además, yo ya tengo una edad. Pienso que para la propia fundación es bueno que haya un relevo. Me sabe mal dejarlo pero creo que hace falta un cambio", confiesa.
Preguntado por el balance de estos seis años, Cusidó asegura estar satisfecho. "Hemos intentado que cada cosa que hemos hecho tenga un sentido. En el Centre Cultural hemos hecho una reestructuración muy importante en cuanto a personal y actividad. Además, ha habido una remodelación de los espacios. Pienso que hemos conseguido reavivarlo y que sea un centro cultural de referencia en Catalunya tanto por la cantidad de actividades como por el nivel de estas", dice el empresario, que reconoce el mérito de todo el equipo.
Por otra parte, "durante este tiempo hemos tenido que hacer bastantes inversiones a nivel de inmovilizados", comenta Cusidó, que destaca la reforma integral del edificio de La Llar Fundació que está en marcha y que debería terminar hacia finales de año. Además, "en Fupar teníamos una carencia de espacio. Poder trasladar los equipos de jardinería y limpieza a un nuevo edificio de la calle Provença nos ha permitido liberar espacios en la calle de las Campiones Olímpiques y pensar en nuevas actividades", detalla Cusidó, que también destaca la incorporación de la antigua cooperativa Teixidors como nueva unidad de negocio. "Ha sido un gran reto, una cuestión bastante complicada y, a veces, difícil de justificar debido a su difícil situación económica pero este último año hemos conseguido cerrar prácticamente sin déficit", explica. "Hemos podido mantener todo un símbolo de ciudad en el mundo industrial. Estoy seguro de que en un futuro será un referente, incluso tal vez una especie de museo viviente de la industria textil", añade.
"Hay que vivir el día a día. Las cosas grandes se ven venir pero las pequeñas no son fáciles de ver y si no estás encima pueden acabar convirtiéndose en una de grande", sostiene Cusidó. "Gracias al equipo y la coordinación entre todos a lo largo de estos seis años, hemos podido hacer todas estas cosas", afirma.