Terrassa

“Añoramos Google. Mucho”

Tras los barrotes de la prisión de Soto del Real, los independentistas catalanes se ven abocados a un sistema de comunicaciones del siglo XX. Sin whatsapp, sin conexión a internet, las cartas manuscritas son un bálsamo, "una auténtica joya", nos explica Josep Rull esta semana. El ex conseller dedica la séptima entrega de su diario personal a relatar como son sus contactos con el exterior.

En prisión, recuerda, "internet está prohibido", de manera que para cualquier consulta hay que tirar de una "enciclopedia, de tamaño enciclopédico".

En plena era de la tecnología de la información "en que la interacción es una pieza básica", los presos viven "en una especie de desolación, a veces autárquica". "Añoramos Google. Mucho", confiesa Josep Rull a los lectores de Diari de Terrassa. Entre rejas, "los teléfonos móviles son elementos mitológicos, como los dragones, las hadas o las sirenas" y los whatsapps, "una quimera".

Rull desvela su experiencia en las comunicaciones telefónicas, las presenciales y el limitado acceso a medios de comunicación.

Tiene derecho a "diez llamadas de cinco minutos desde las cabinas del módulo", a diez únicos números "previamente autorizados". "La llamada de la mañana a Mertixell (su esposa) es media vida. Aquel buenos días musical y mágico. Miro de hacerla muy pronto para hablar con los niños antes de que vayan al colegio".

El primero de los cinco minutos del día lo destina a "dictar uno o dos tuits" que Meritxell Lluis registra con el móvil "para ir más rápido" y que permite mantener vivo el perfil del ex conseller en redes.

Dos veces por semana llama a su madre -"las madres sufren mucho y prácticamente nunca se habla de ellas"- y a sus hermanos. Las llamadas "de reserva" son para el conseller Damià Calvet, su sustituto al frente de la conselleria de Territori i Sostenibilitat . En el Supremo les autorizan una llamada a la familia en los recesos del juicio al "procés".

En las comunicaciones presenciales, Rull explica que las normas en Soto del Real son más rígidas que en Estremera y Lledoners, especialmente con las visitas. "Diez amigos como máximo". La familia va a parte y los abogados colegiados que no llevan el caso pueden visitarle sin límite de tiempo.

En sala, el vis a vis familiar es una vez al mes. Dos horas casi siempre con Meritxell y los niños. El vis a vis intimo "miro de cambiarlo por uno familiar con hijos. Las habitaciones para las relaciones íntimas no son los lugares más inspiradores, glamurosos, por decirlo suavemente".

Dónde estamos y quien manda
La tercera opción, el vis a vis de convivencia, vuelve a reunir a la familia una vez al trimestre "en una sala de 12 metros con dibujos en la pared", donde retener a los niños cuatro horas "puede acabar siendo una tortura".

Rull reitera que en la sala de entrevistas con los letrados han instalado una foto del Rey y una bandera de España. "No hay duda de dónde somos y quien manda". En el turno de las autoridades, Soto del Real hace "una lectura generosa": 40 minutos con cualquier cargo, desde director general hasta presidentes del Parlament o del Govern.

Por lo que respecta al acceso a medios de comunicación, sólo televisión, radio y prensa atrasada. Cero interacción. El contrapunto lo pone la correspondencia, el sistema "más bonito, recibir y enviar cartas". La mayoría "a mano y con sello" sin "emoticonos ni exabruptos". "Recibimos auténticas joyas. Lamentablemente no podemos contestarlas todas", se disculpa. "Son nuestro cordón umbilical más fiable, más genuino con el ‘mundo exterior’".

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