"El modelo federal es el más adecuado para las características de un país plural, nada uniforme, como España. Es un modelo racional y eficiente. Por eso, hay que perder el miedo a la etiqueta de federal y abrir un debate serio y sereno sobre esa técnica de reparto de poderes entre territorios". La afirmación la hizo el catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de Barcelona Xavier Arbós, en un debate sobre la reforma constitucional por el federalismo organizado el miércoles en el Ateneu Terrassenc por Federalistes d’Esquerres de Terrassa.
La actividad también sirvió para presentar la revista mensual Política&Prosa, que pretende recuperar el catalanismo del pragmatismo, la capacidad de acuerdo, el pacto y el diálogo, como antítesis al catalanismo vinculado al independentismo.
Asimetría
Por ello, al debate también acudió la periodista y miembro del consejo de redacción de Política&Prosa Rosa Massagué, que calificó la revista (ya va por su quinto número) de "moderada y abierta al diálogo". Completó la mesa de debate Argelia Queralt, profesora de Derecho Constitucional de la Universitat de Barcelona y directora editorial de Agenda Pública.
Arbós definió el modelo federal como "una técnica de distribución del poder por territorios" y advirtió que su aplicación no incluye necesariamente "un mayor autogobierno de manera automática". Queralt le tomó el relevo para advertir que, aún así, "sí supondría una mayor reordenación del reparto de poderes, del reparto territorial, de manera que se clarificarían competencias".
"La gran pregunta -intervino Arbós- es qué se quedaría el Estado en un modelo federal, determinar cuáles serían sus competencias y cuáles las de las comunidades autónomas, teniendo en cuenta que no todas tienen la misma ambición de autogobierno".
Esta reflexión dio pie al catedrático de Derecho Constitucional a alertar de que en la España de las autonomías existe "una enorme asimetría", tanto en lo referente a las responsabilidades fiscales como a las reformas estatutarias, y puso como ejemplo los conciertos vascos y navarro. Y se preguntó en voz alta: "¿Estas asimetrías son compatibles con la igualdad (que propone el modelo federal?, ¿hay que mantener las que ya existen?, ¿las extendemos a los demás (territorios)?".
Capacidad de adaptación
Queralt subrayó que "hemos homologado el sistema autonómico al federal y eso es un error". "El procés -prosiguió- es la prueba más evidente, porque es consecuencia de como el Estado constitucional se ha quedado atrás ante la realidad político-jurídica de España".
La profesora universitaria también dijo que "falta cultura federal por parte de sectores políticos dirigentes"; puso en duda que, como defienden algunos politólogos, España sea uno de los países más descentralizados del mundo -en este punto acusó a determinados sectores políticos de "deslealtad" a la hora de abordar ese objetivo-, y defendió la "flexibilidad" como una de las bondades del federalismo, esto es, "su capacidad de adaptación al Estado en que se aplica".