La situación es "crítica". La Coordinadora Capaça no se da por vencida y vuelve a la carga en su lucha por conseguir un centro de día y residencia para personas con discapacidad intelectual. Ha difundido un manifiesto y pide apoyo.
"Terrassa sólo dispone de un centro (La Pineda) para las personas con discapacidad intelectual severa, con las mismas plazas de residencia que hace veinte años, aunque la población con discapacidad se ha duplicado en este periodo de tiempo en nuestra ciudad", subraya la coordinadora. Y añade que las personas necesitadas de plazas de residencia "son enviadas a otras comarcas", con el grave perjuicio que ello supone para ellas mismas y sus familias.
El convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Generalitat en el 2006, que aprobaba la construcción del nuevo equipamiento, se ha convertido en papel mojado. El Consistorio llegó a ceder terrenos a la administración autonómica en el 2009 para ese proyecto.
"Lamentablemente, diez años después aún no se ha hecho ni la redacción del proyecto", denuncia Capaç, que habla de "vulneración de derechos" y de "menosprecio" por parte de los responsables del Departament de Treball i Afers Socials. La coordinadora asegura que el departamento se niega a reunirse con las entidades, y por ello han decidido emprender una campaña pública de denuncia que ya cuenta con varias adhesiones. Entre ellas, la de la Síndica de Greuges de Terrassa, la FAVT, ALEI, la asociación de vecinos de Sant Pere Nord, Salut Mental Terrassa, Prodis, Fupar y las escuelas l’Heura y Crespinell.
Terrassa cuenta con 218.000 habitantes. Unos 15.000 tienen reconocida una discapacidad, intelectual en el caso de 1.800 personas. Sólo hay 62 plazas de residencia y una veintena de centro de día, "las mismas que hace veinte años".
Incumplimientos
Todos los compromisos de la Generalitat han sido incumplidos, indica la coordinadora, formada por las AMPA de las escuelas de educación especial de Terrassa y por familiares de personas adultas con discapacidad que son usuarias de centros ocupacionales, centro de día o talleres.
Los afectados que necesitan más apoyo por su elevado grado de discapacidad requerirán en su etapa adulta un centro de día, cuando continúen a cargo de sus familias, o una residencia, cuando sus familiares no puedan atenderlos.
