Increíble cómo unas músicas nacidas hace más de cien años antros nocturnos -el boogie woogie, el blues, el ragtime, el r’n’b, el jazz de Nueva Orleans- el Lluís Coloma Trio las revitaliza, les da tanta frescura y modernidad y hace con ellas una fiesta musical al aire libre. Con "Boogie wins again", composición propia de Coloma, el pianista (con Manolo Germán al contrabajo y Marc Ruiz a la batería), arrancó una sucesión de dieciséis interpretaciones perfectas y virtuosas que entusiasmaron al público que llenaba el auditorio de la Plaça de Catalunya u sus aledaños. Algunas más sosegadas, como ese "Yaya’s blues", "dedicado a mi abuela", o "Taboo" de Ernesto Lecuona". En otras, con el ritmo endiablándose, esparciendo alegría de vivir. E incluso permitiéndose experimentos, como el "Flamenco boogie", "un pequeño divertimento" que fusionaba los dos géneros. O el "Miri’s Mistery boogie", escrita para el festival de jazz de Borneo, que cerró la primera parte con su gran velocidad y su ambiente de banda sonora de film mudo de intriga, finalizada con una embestida melódico-rítmica frenada de golpe. Efecto contundente y aplauso grande.
Espectáculo sonoro y escénico
"Chicago breakdown" abrió una segunda parte que culminaría con "Cromatic boogie". Extenso y apoteósico, el tema incluyó palmas del público, solos de los tres músicos, el contrabajista dándole vueltas al instrumento y tocando con un pie sobre la batería, y Coloma batiendo el récord de velocidad del piano boogie. "El gran maestro Lluís Coloma" dijo Valentí Grau, y todo el auditorio se puso en pie para aplaudirlo. "Cuando le escucho, parece que sea mi primer concierto de jazz", añadió el director artístico el festival, y pese a que ya pasaban cinco minutos de las dos de la tarde, pidió al trio "un pequeño bis". Y fueron tres minutos más, con una vertiginosa versión del "Root Beer Rag" de Billy Joel.