Subió el coche encima de la acera y se quedó dormida allí mismo. Costó despertarla y cuando volvió en sí rechazó ser atendida por personal sanitario. Iba ebria, a tenor de la prueba de alcoholemia que debió efectuar. Bastante. Terminó detenida: no tenía el permiso de conducir en vigor.
Alguien avisó a la Policía Municipal el domingo, a la 1.10 de la madrugada, desde la calle de Alemanya, en Can Parellada, para alertar del estado de una mujer que se encontraba en el interior de un automóvil. La conductora no respondía a los requerimientos.
El coche estaba encima de la acera a unos metros de la avenida del Vallès. Llegó una dotación policial tras la llamada de aviso y se activó una ambulancia por si era necesaria la intervención de sanitarios.
Al parecer, la mujer había perdido el control del vehículo hasta que éste se detuvo en la acera. Y allí se puso a dormir la conductora.
Llegó la ambulancia, pero la identificada declinó la atención médica. Tuvo que soplar, como le conminaron los agentes, y sopló. Y la prueba de alcoholemia arrojó un resultado alto: 0,94 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. La tasa máxima permitida en la conducción es de 0,25.
Los guardias comprobaron los datos de la documentación de la mujer y supieron que no tenía el permiso de conducir en vigor. La detuvieron como presunta autora de un delito contra la seguridad del tráfico e inmovilizaron el coche.
Dos imputados más
Otras dos personas fueron imputadas por análogo delito el mismo domingo. A las tres de la madrugada, unos policías municipales pararon un automóvil en la avenida de Barcelona, a la altura de la calle de Sant Jordi, porque había cometido una infracción.
El conductor parecía en estado de embriaguez, circunstancia que la prueba de alcoholemia confirmó: los resultados fueron de 0,86 y 0,78 miligramos. A las 4.15 de la tarde otra infracción provocó que unos agentes interceptaran un vehículo en la calle del General Milans del Bosch. En este caso el test de alcoholemia arrojó una tasa de 0,90 miligramos.