Aquella fugaz vigilancia, aquel apartamiento súbito, levantaron las sospechas de los mossos. El hombre los observaba desde una casa y se escondió de repente al notar que los mossos lo habían visto. Lo decisivo fue comprobar que en aquella misma casa se había descubierto una plantación de marihuana en noviembre del 2017. Y otra ahora: los mossos entraron el jueves en la finca, en Sant Llorenç Savall, y hallaron más de mil plantas de cannabis. Y detuvieron al presunto responsable, un terrassense.
Estaban los agentes, de la comisaría de Sabadell, por la zona, en la urbanización de Les Marines, en trabajos de seguridad ciudadana. Al parecer, nada que ver con la vigilancia de aquella finca en concreto desde la que el sospechoso los divisaba. Los policías vieron cómo el individuo los observaba. Y cómo se escondió al verse descubierto.
Al ocultarse raudo, activó las suspicacias, y las suspicacias cuajaron cuando los mossos indagaron sobre aquel terreno. Era la misma casa en la que en noviembre del 2017 habían desmantelado una plantación de marihuana. Era una casa en la que oficialmente no residía nadie. Y era una casa de la que emanaba un intenso olor cannábico, inconfundible, inequívoco. El ruido de aparatos de aire acondicionado apuntaló lo que quizás necesitaba poco apuntalamiento ya.
Los agentes se dirigieron a la vivienda. Contactaron con el individuo aquel, el de la actitud vigilante y luego huidiza. Y el sospechoso acabó mostrándoles la plantación, de gran envergadura.
Tenía unas 1.100 matas de marihuana en el subterráneo. Era cannabis de la variedad “amnesia haze”, una de las más conocidas. Los Mossos d’Esquadra grabaron el cultivo en vídeo y lo desmontaron. Intervinieron el material habitual en casos de plantaciones interiores: focos (64), aparatos de aire acondicionado (cuatro), ventiladores (36). Y encontraron cuatro depósitos de agua con capacidad para 3.000 litros, y seis compresores.
El sospechoso salió detenido de la urbanización de Les Marines. Los cargos: un delito contra la salud pública, por tráfico de drogas, y un delito de defraudación de fluido, pues, como era de presumir, el suministro eléctrico de la plantación estaba manipulado, era ilegal. Técnicos de una compañía corroboraron la conexión fraudulenta. El arrestado, que recuperó su libertad (con cargos) el sábado, tras pasar a disposición judicial, es español, vecino de Terrassa, y tiene 55 años.