Los problemas económicos y, por ende, psicológicos se acumularon en la víctima: le reclamaban dinero las entidades financieras, y las entidades que habían adquirido las deudas a esas primeras sociedades, y administraciones públicas en concepto de impuesto de vehículos que ella, la víctima, no disfrutó. Porque ella no los había comprado, aunque era ella la que figuraba en el registro de morosos. Los había comprado otra persona, otra mujer, usando su documentación, haciéndose pasar por ella. La defraudadora no adquirió un vehículo, sino cuatro, simulando ser quien no era. El fiscal pide para ella cinco años de prisión y el pago de 57.526 euros de indemnización, sólo a las financieras. La cuantía a pagar a la víctima está por determinar.
La perjudicada perdió documentos en un bar de Sabadell. Su documentación personal y una cartilla bancaria. De aquello hace más de quince años, pues fue entre octubre y noviembre del 2003 cuando la acusada utilizó aquellos papeles que llegaron a sus manos no se sabe el porqué ni el cómo. La cuestión es que era su poseedora y que financió con documentación ajena cuatro vehículos, presuntamente. Imitó, por supuesto, la firma de la víctima.
En un concesionario de Terrassa, ubicado en la carretera de Montcada, compró un Seat León en una operación financiada por una compañía vinculada al sector automovilístico, según indica la acusación. El precio: 18.440 euros. En la carretera de Molins de Rei, en Rubí, adquirió un Peugeot 206 mediante financiación de 14.500 euros. Y también se hizo con una Renault Kangoo en un concesionario de la avenida de Jaume I, en Terrassa, en una operación financiada cuantificada en 13.939,80 euros. La última adquisición de la serie fue una motocicleta, una Honda CBR 600 adquirida en la calle de Pau Claris, en Barcelona. El precio: 10.646,24 euros.
Ella, la acusada, "aparentaba solvencia", según el fiscal, y estampó su firma en los contratos imitando la de la dueña de los papeles. Por ello es autora presunta de un delito continuado de falsedad en documento mercantil en concurso medial con un delito continuado de estafa y merece una pena de cinco años de prisión y multa de 6.480 euros, sostiene el Ministerio Público. Las entidades financieras reclaman indemnización.
Los recibos
Y la reclama la víctima del fraude, pues aquellas companías de financiación le reclamaban dinero, y también se lo reclamaron sociedades que compraron las deudas de aquellas compañías de financiación, y se lo reclamaban ayuntamientos por el impuesto de vehículos que no eran suyos. A ella le llegaban los recibos. Sufrió perjuicios psicológicos porque la incluyeron en el registro de morosos.
Las diligencias las tramitó un juzgado de instrucción de la ciudad de Sabadell y la Audiencia Provincial de Barcelona tiene previsto celebrar hoy el juicio a la procesada: a una mujer acusada de usar la documentación de otra, y de simular su rúbrica, para comprar vehículos de manera fraudulenta.
LA CUANTÍA
57.526 euros
El Ministerio Fiscal cifra en 57.526 euros el dinero que la acusada debe pagar a las financieras, sin contar los intereses ni lo que debe percibir de indemnización la dueña de la documentación. Esa cantidad, la que corresponde a la víctima, se determinará en la ejecución de la sentencia