Con un tema de composición propia llamado "Viatjant", "que explica la belleza de viajar, y las pequeñas cosas que te regala", propulsado por una guitarra de aromas brasileños, abrió la cantante Marina Tuset su concierto inaugural, ayer por la tarde, en la Cava, y este viaje de dieciocho días, que con sus sesenta conciertos permitirá conocer territorios musicales muy diversos, que es el 38 Festival de Jazz de Terrassa. Minutos antes, la presidenta de Amics de les Arts i Joventuts Musicals, Maria Miralda, dio la bienvenida, en una sala llena a rebosar, a una edición que, recordó, coincide con el veinticinco aniversario de la Nova Jazz Cava, y los sesenta años de la creación del Club de Jazz, y felicitó a todo el equipo que "con su entusiasmo, hace posible este acontecimiento, el que más repercusión da a nuestra ciudad".
También agradeció al Ayuntamiento su contribución, que posibilita hacer cultura pública "independientemente de la industrial cultural y de los estamentos administrativos, lo que contribuye a fortalecer la trama social y crear bien común. No queremos ser simples consumidores de cultura, también producirla y difundirla desde las entidades en las que trabajamos".
La presidenta de Amics finalizó su intervención señalando que, en el acto, en este festival, "nos faltan dos terrassenses que, seguro, nos habrían acompañado: Lluís y Josep, privados injustamente de libertad, y actualmente sufriendo esta farsa de juicio. ‘Visca la música, la cultura i la llibertat!’", acabó, y sus palabras fueron seguidas de un largo e intenso aplauso.
De "modelo de creatividad y trabajo bien hecho, y hecho con mucho amor, en esta caso al jazz", calificaría Xavier Cester, desde hace justo un mes director del área del música del Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC), el festival terrassense. Elogió su arraigo en la ciudad y en el país, y lo bien que combina las oportunidades que da a nuestros artistas con la programación de figuras internacionales, "porque si queremos crecer como país también hemos de mirar hacia fuera", y felicitó a todos los que lo hacen posible, público incluido. "Hay tanta buena música en el festival que parece imposible que pueda caber en el programa."
Una fiesta de terrassenquismo
"El jazz en Terrassa siempre se ha asociado a una apertura a la libertad, la cultura, la proyección al exterior, y el festival, además, ha sido una fiesta de calle y de terrassenquismo", dijo el alcalde Alfredo Vega. "Una de las grandes fiestas de toda la época democrática de la ciudad", a la que además ha hecho una referencia europea ene l mundo del jazz. Este año de aniversarios "es un buen momento para sentirnos orgullososo de esta historia que tiene el jazz en Terrassa, y que hemos de seguir construyendo". Vega finalizó animando a toda la ciudad a aprovechar la oportundidad de "disfrutar de esta extraordinaria programación, y de la convivencia ciudadana que implica".
Y ya apareció Valentí Grau, que antes de presentar a Marina Tuset tuvo un recuerdo especial para Roy Hardgrove, trompetista estadounidense, que fue Jazzterrasman 2010. Hardgrove falleció el pasado noviembre, a los 49 años, y a él está dedicada esta edición del festival.