Las empresas y entidades que trabajan en torno a la economía social y solidaria suponen ya el 8% del tejido económico de la ciudad, donde dan empleo a 4.500 trabajadores, siete de cada 10 tienen contrato indefinido, y generan el 2% del PIB local. Desde este mes de marzo, el sector cuenta con un Pla Estratègic d’Economia Social y Solidària que apuesta por reforzar el papel de este nuevo modelo económico, transformar y mejorar la manera de producir y consumir en la ciudad y acompañar la aparición de nuevas empresas y actividades que consoliden esta actividad económica con valor social.
El primer valor del plan es el consenso y la unanimidad que ha acompañado tanto su redacción como su aprobación en el pleno, algo insólito en este ámbito. 33 entidades, fundaciones, asociaciones y empresas del sector, muchas de ellas agrupadas en torno a la Xarxa d’Economia Solidària (XES), han trabajado en la elaboración del documento, que se ha nutrido de la aportación de expertos, redes de ámbito supramunicipal y de la experiencia las 803 entidades del ámbito social y solidario que operan en la ciudad.
5,7 millones
El plan incluye una diagnosis del sector de la economía social, que ha detectado sus retos de futuro: mejorar el acceso a la financiación, a espacios y locales donde implantar su actividad, fomentar la profesionalización, la difusión y el reconocimiento social, así como aportar incentivos para nuevos proyectos.
Durante los próximos 7 años, el Ayuntamiento de Terrassa destinará 5,7 millones de euros a apoyar la proyección de la economía social y solidaria. El proyecto arranca este 2019 con 215 mil euros, una dotación económica que aumentará los próximos ejercicios hasta situarse en una media de cerca de un millón de inversión anual.
El plan fija su actuación en tres objetivos: promocionar la economía social y solidaria, fortalecer las empresas y entidades existentes y fomentar la aparición de nuevas iniciativas.
En 2019 se adoptarán las primeras medidas, mediante el impulso de programas educativos, la implantación de la compra pública responsable y la elaboración de un plan de comunicación que difunda la economía social en la ciudad. Además, se confeccionará un mapa de agentes, se iniciarán los trabajos para el impulso de la economía social en el ámbito de la Anella Verda y de los huertos urbanos.
El teniente de alcalde de Desarrollo Económico, Industrial y de Ocupación, Manuel Giménez, defiende los valores de un sector que impulsa "una economía mucho más responsable con el entorno, que fortalece la producción local, que busca y trabaja con proveedores próximos en el territorio e implicados en la comunidad". Son, afirma, "empresas que forman parte del tejido económico de la ciudad y que aportan valor económico y social".
Giménez preside el Consell Municipal d’Economia Social i Solidària, que reúne a los representantes del sector, partidos y técnicos municipales. Ese órgano de participación ha sido el núcleo de debate y redacción del nuevo plan, con un peso especial de la Xarxa d’Economía Solidària, que agrupa a 30 entidades.
Su portavoz, Joan Pi, recuerda que la economía social "no tiene el lucro como prioridad. Primero son las personas y después los beneficios". Pi explica que el sector ha dado muestras de resistir mejor la crisis que las empresas tradicionales. "Por el trabajo colaborativo, el nivel de compromiso personal, porque no apostamos por el mecantilismo y un poco también porque nos autoexplotamos", afirma.
En espectro de empresas y actividades de economía social y solidaria está muy diversificado. La Ley de Economía Social de 2011 tipifica como tal cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, asociaciones, fundaciones e incluso cajas de ahorros; toda actividad económica que tenga un impacto social. La ley catalana está en fase de redacción.
En Terrassa, forman parte del sector agentes como Som Energia, Alternativa 3, la Cooperativa del Candela, entidades del tercer Sector como Alba o Cáritas y una larga lista de fundaciones, cooperativas, sociedades laborales, mutualidades y empresas, hasta un total de 800 entidades sociales y solidarias.
Motor de innovación
El sector se reivindica como un agente económico y también como motor de innovación. Algunos ejemplos son el banco del tiempo o la banca ética; también el proyecto del restaurante La Trobada o el supermercado cooperativo L’Egarenca", entre otros muchos. El plan estratégico prevé la implantación de una moneda social, el impulso de cooperativas de vivienda, o cooperativas seniors que agrupen a personas mayores dispuestas a compartir servicios.
"El plan es una hoja de ruta, un documento en evolución que se irá adaptando a la realidad de cada momento", comenta Montse Torres, jefa de servicio de Emprenedoria i Economia Social. Tendrá "un grupo motor y contará con un sistema de evaluación global y específica". Además, el Ayuntamiento rendirá cuentas de su ejecución a través del portal de transparencia y de la web municipal.