Terrassa

Endesa detecta cada día al menos dos fraudes eléctricos

Dos técnicos inspeccionan la acometida de luz en una casa de Sant Pere Nord mientras un tercero observa a sus compañeros. Entretanto, agentes de los Mossos d’Esquadra ultiman el registro del edificio, donde han hallado cientos de plantas de marihuana. Sacan esposado a un hombre. Una vez más, en el atestado policial se unirá el delito contra la salud pública, relativo a tráfico de drogas, con otro al que va enlazado en la inmensa mayoría de estos procedimientos penales nacidos del hallazgo de cultivos de maría interiores: el delito de defraudación de fluido eléctrico. Una cosa lleva a la otra: es imposible mantener una plantación doméstica sin defraudar electricidad, por el coste que conlleva para los traficantes. Endesa detecta cientos de casos de fraude en el término de Terrassa cada año. En el 2018, detectó 667 en la ciudad: 14.403 megavatios hora (MWh). En el 2017, 1318. La media arroja un par de casos al día. Casi tres.

Algunas defraudaciones se deben al cultivo de cannabis. Otras muchas no. En otras muchas se pincha la luz en viviendas ocupadas sin actividad delictiva de cuidado de maría. Pero esas con más difíciles de detectar. Las primeras, las manipulaciones vinculadas al cultivo cannábico, tardan menos en pasar inadvertidas porque el consumo eléctrico es, en esos casos, desmedido, no acorde a la alimentación de una vivienda normal. La compañía eléctrica recuerda que, en unos casos y otros, "las conexiones ilegales suponen un importante riesgo para la seguridad", pues la manipulación de instalaciones puede provocar "incendios, electrocuciones e, incluso, la muerte".

De la generación de incendios pueden dar fe los testigos (policías, bomberos, vecinos) de los numerosos fuegos que las conexiones ilegales y su desmesurada carga de consumo han ocasionado en los últimos años en inmuebles de Terrassa. Unas cuantas plantaciones de marihuana las han desvelado esos incendios. Iban los bomberos a apagar las llamas y el inconfundible olor a maría emanaba de lo que semejaba una simple vivienda ocupada y era en realidad una plantación con cientos de matas. Luego, los Mossos d’Esquadra o la Policía Municipal, o ambos cuerpos al unísono, inspeccionaban el edificio ceniciento y humeante y hallaban lo que presumían: el cannabis.

Incendio en un altillo
Ocurre cada pocos meses. Ocurrió el martes 8 de enero en la calle de Tortosa, en Les Arenes-La Grípia-Can Montllor. A las 10.25 de la noche los servicios de emergencias recibieron una alerta sobre un incendio en el altillo de una casa. Los bomberos sofocaron las llamas en diez minutos. Unos testigos dijeron a la policía que los inquilinos habían echado a correr antes de la llegada de los cuerpos de emergencias. Los indicios apuntaban a lo que habían apuntado otros indicios en situaciones similares: el incendio lo había provocado una sobrealimentación del cuadro de contadores eléctricos. La demanda era excesiva para aquella instalación. Y claro, en el altillo quemado había marihuana. Más de trescientas plantas, con sus luces y su riego. La Policía Municipal abrió diligencias por dos delitos: contra la salud pública y defraudación de suministro. Algo análogo pasó el 13 de diciembre en una casa ocupada de la calle de Girona, en Sant Pere Nord, un edificio que ya ha sido tapiado. Entonces, el 13 de diciembre, por la tarde, se desencadenó en el inmueble un incendio que descubrió una plantación de grandes dimensiones: casi 1.700 plantas.

La mayoría de las requisas de maría, sin embargo, no son fruto de la casualidad de un hallazgo debido al fuego eléctrico. Son producto de investigaciones que, sí, se inician en ocasiones por las sospechas activadas por el consumo eléctrico desmedido. O por las informaciones de vecinos.

Los investigadores acuden al punto denunciado. Y el ruido de aparatos de aire en runrún continuo y las conexiones eléctricas acostumbran a ser el punto de partida de uns indagaciones con resultado positivo. En diciembre pasado, los Mossos d’Esquadra de Terrassa pusieron en marcha las pesquisas cuando recibieron informaciones sobre un posible cultivo de cannabis en una finca de Sant Miquel de Guanteres. Los agentes que se presentaron en la zona no tardaron en constatar que la electricidad del terreno estaba conectada a la red comunitaria "de manera fraudulenta, precaria y peligrosa". El 11 de enero, con la preceptiva autorización emitida por el juzgado de instrucción número 4 de Terrassa, entraron en la vivienda. Y localizaron 1.300 plantas de marihuana, cuatro básculas de precisión y cinco armas de fuego. Y detuvieron a cuatro personas.

En paralelo, los mossos llevaban a cabo un operativo similar en Can Palet de Vista Alegre. Los frutos llegaron al mes del inicio de las investigaciones y la policía los recogió el 7 de enero con el registro de la finca, de la que salieron los agentes con dos detenidos y 717 plantas de cannabis requisadas. También la instalación eléctrica estaba manipulada. También se sumó el delito de defraudación al de tráfico de drogas. La hierba decomisada hubiera alcanzado un valor de 121.500 euros en el mercado negro.

María, focos y ventiladores
En el verano del 2017, la compañía eléctrica pasó a los mossos la información sobre el consumo desmesurado de luz en una vivienda de Ègara, en la calle de Maó, y los mossos acabaron registrando ese inmueble. Se incautaron de 963 matas de marihuana, veintidós ventiladores y 47 focos de luz de alta potencia. La luz estaba pinchada, por supuesto.

Eso fue a finales de julio. En junio, la Policía Municipal aprehendió 119 plantas y 1.300 tiestos con esquejes en un local de la calle de Ourense, en Torre-sana. Detuvo a cuatro personas. El operativo se desencadenó cuando unos agentes de paisano detectaron el inequívoco y penetrante aroma cuando pasaban al lado del local, y decidieron entrar. El suministro eléctrico estaba manipulado. Y lo mismo pasó en mayo en la carretera de Castellar, donde la policía encontró entre 150 y 200 plantas tras presentarse unos agentes en un edificio porque se había desatado una pelea.

Ese mismo mes, policías municipales hallaron 212 matas de maría en una casa de la calle de Mossèn Àngel Rodamilans (Ca n’Anglada). Acudieron allí porque la puerta estaba forzada. La vivienda parecía deshabitada, pero no vacía: allí había cannabis. La policía contactó con el dueño de la casa, que la había alquilado a otras personas. Los inquilinos fueron citados para que se personasen en la Jefatura a efectos de ser informados de la doble imputación. En abril del 2017 los mossos realizaron dos operaciones consecutivas, una en Sant Pere Nord y otra en Les Arenes. En la primera desmontaron una plantación de casi 200 matas de maría que había provocado filtraciones de agua en el edificio y cuya alimentación eléctrica se nuría del suministro de la comunidad de vecinos. En la segunda, los mossos confiscaron mil plantas y más de medio kilo de maría ya preparada en porros. A la zona de la vivienda ocupada donde estaba la hierba se accedía desde un agujero abierto en una pared.

En marzo, la policía autonómica descubrió dos cultivos, con más de 2.000 plantas en total, en la urbanización de Can Palet de Vista Alegre. Y en enero había desmantelado una plantación en un piso de la calle de Catalunya, en Sant Pere. El resultado: 1.177 plantas.

Endesa destaca la importancia de estos cultivos cannábicos en el problema del fraude, agravado en los últimos años por la espectacular proliferación de plantaciones interiores en viviendas. Los cultivos de marihuana, indica la compañía, van acompañados frecuentemente al enganche ilegal en la red eléctrica, unas manipulaciones "que pueden llegar a generar importantes interrupciones de suministro en los núcleos de población donde se llevan a cabo".

La concentración de plantaciones en una misma zona satura la red. No han sido pocas las incidencias provocadas por estas conexiones ilícitas en Terrassa. En la calle de Tarragona (Sant Pere Nord), por ejemplo, una sobrecarga en la red eléctrica causó incendios en un poste de la luz a principios del 2018. Meses después los mossos entraron en una casa de la misma para desmantelar una plantación, una más, de marihuana.

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