Primero acuchilló a uno en el pecho, en un brazo, en una mano, y luego al otro, que se interpuso entre víctima y verdugo. Aquello fue hace menos de un año y la Audiencia Provincial tiene previsto juzgarlo el lunes próximo. La fiscal pide que el acusado del doble intento de homicidio sea condenado a dieciocho años de prisión y a diez más de libertad vigilada.
Porque aquello, aquella culminación a cuchilladas de una trifulca desatada en Sant Pere, fue un doble intento de homicidio, a ojos del Ministerio Público. Porque las puñaladas afectaron a zonas vitales de los cuerpos de las víctimas, porque los dos agredidos en aquella madrugada hubieran perdido la vida de no mediar una asistencia médica urgente.
17 de marzo del 2018, 1.15 de la madrugada. Dos hombres acaban de discutir en la avenida de Jaume I, junto a la calle de Bartrina. Están en el exterior de un bar. Uno de los contendientes saca un cuchillo tipo cúter, un arma blanca de grandes dimensiones, y llueve puñaladas sobre el oponente. Varios golpes afilados cosen el cuerpo de la víctima. Según la acusación, las cuchilladas le alcanzan el tórax, un brazo y una mano. Otro varón se mete en medio y recibe también. El agresor le lanza varias puñaladas y una de ellas lo hiere en el abdomen.
El primer atacado sufrió una herida penetrante de unos tres centímetros en la zona torácica izquierda y otra herida en el antebrazo izquierdo de la misma longitud.
Y otra en un dedo de la mano derecha. Lo tuvieron que operar dos días después. Le suturaron el diafragma izquierdo, le pusieron un tubo de drenaje pleural. En el antebrazo se le apreció una sección de casi la mitad de una rama sensitiva del nervio radial. Una cuchillada le secciónó musculatura.
El herido estuvo ingresado hasta el 22 de marzo en un hospital. Dice la fiscal que las heridas inciso-penetrantes padecidas en el sexto espacio intercostal izquierdo supusieron "riesgo vital importante". Las secuelas: artrosis en el antebrazo, dolor en la muñeca, estrés postraumático y perjuicio estético, pues el agredido presenta no menos de diez cicatrices.
El segundo herido tenía una herida incisa de entre tres y cuatro centímetros en el centro del abdomen, con doble perforación gástrica y sección de una arteria. Y una herida cervical y otra en el brazo derecho. A él lo operaron el mismo 17 de marzo, día de los hechos. Le pusieron sangre. Estuvo hospitalizado siete días. Las secuelas que le quedaron son de perjuicio estético: tiene cicatrices en el brazo y la barbilla, y otras por la aplicación de drenajes. También en su caso las lesiones constituían "riesgo vital importante".
Orden de alejamiento
Según el Ministerio Público, el acusado quería matar a las dos víctimas o, al menos, era consciente de que su ataque podía matar a aquellos hombres. Conocía "las altas probabilidades de causar su muerte". Por eso la acusación califica las agresiones como dos delitos de homicidio en grado de tenativa y pide nueve años de prisión por cada hecho delictivo, y diez años de libertad vigilada. Y una orden de alejamiento: el acusado no deberá acarcarse a menos de mil metros de los agredidos durante un periodo superior en diez años a la pena de prisión impuesta.
El procesado es de origen dominicano y el Ministerio Fiscal propone que, en caso de que el reo sea clasificado en tercer grado como recluso o acceda a la libertad condicional, sea expulsado antes de territorio nacional. La detención del sospechoso no fue inmediata. Lo arrestaron los Mossos d’Esquadra semanas después. Las cuchilladas las asestó el 17 de marzo, pero el detenido pasó a disposición del juzgado de instrucción, el número 1 de Terrassa, el 10 de mayo. Salió del Palacio de Justicia directo a prisión. La Fiscalía ha solicitado la comparecencia de seis testigos, uno de ellos un mosso.
LAS INDEMNIZACIONES
31.120 euros
Ambas víctimas reclaman indemnización. El Ministerio Público ha fijado la responsabilidad civil del acusado en 31.120 euros por las lesiones y secuelas sufridas por los agredidos: a uno le corresponden 16.440 euros y al otro, 14.680