Terrassa

“Terrassa debe mirarse a sí misma y a Barcelona; no veo el gran Vallès”

¿Cuantas veces se ha arrepentido usted de haber dejado la alcaldía de Terrassa?
Ni una sola vez.

Con lo bien que le iba aquí.
Era una decisión que venía dada por mis otras responsabilidades y me pareció que lo más honesto para Terrassa y lo más honesto para Catalunya era que yo me concentrase en mi trabajo en el Parlament de Catalunya como presidente del grupo parlamentario socialista y por tanto, lo lógico era que los terrassenses tuviesen un alcalde las veinticuatro horas al día. Debo reconocer que mi etapa como alcalde fue la mejor de mi vida.

¿Sufrió mucho desgaste en la política catalana?
Cualquier etapa en la oposición es complicada y hoy no lo es menos. Yo estoy especialmente satisfecho porque en los dos años y medio que fui primer secretario del PSC conseguimos algo pionero, proponer un modelo federal para España.

¿La declaración de Granada todavía es vigente?
Por supuesto. Somos el único partido que tiene por escrito una propuesta de estas características. Por eso estoy especialmente satisfecho de aquel periodo. Es evidente que fue un periodo complicado. Yo sabía que no iba a un lugar cómodo, Era un destino difícil, pero cuando tienes compromiso y una vocación de servicio, no vale irse corriendo en los momentos difíciles.

Incluso usted vaticinó la abdicación del ahora rey emérito.
Fue un momento curioso. Aquel episodio se produjo en una comida de la Cámara de Barcelona en un momento muy complicado para la casa real por lo de la famosa cacería del elefante y también difícil desde el punto de vista de la estabilidad democrática del país.Yo tenía un discurso preparado, pero a última hora pensé que debía cambiarlo. Quise proponer una serie de medidas de regeneración democrática y una de ellas era la abdicación del rey porque su figura estaba muy cuestionada.

Las reacciones fueron inmediatas.
Sí, vi que todo el mundo sacaba los móviles y empezaba a enviar mensajes. Era la primera vez que un responsable de un partido político hacía una propuesta como aquella, que después se convirtió en realidad. No sé si fue por aquella intervención, pero está claro que marcamos un perfil de partido que hacía propuestas arriesgadas y que no rehuíamos aquella responsabilidad.

Y luego se integró usted en el mercado laboral.
A veces pensamos que las puertas giratorias en la política son fáciles. En mi caso ha sido muy complicado. Yo estuve mucho tiempo intentado encontrar encaje en el mundo laboral hasta que un día hablé con con Jordi Hereu, ex alcalde de Barcelona. Tiene una consultora de planificación estratégica de ciudades y me sumé a esa aventura. Es una consultora pequeña, pero hace un trabajo muy interesante.

¿Y cómo se encontró fuera de la política?
Bien. Fue una gran experiencia. La verdad es que tuvimos que picar mucha piedra, porque el mundo de la consultoría es muy complicado hoy en día. Pero hicimos cosas muy interesantes. Personalmente, dejé algunos proyectos iniciados de los que me siento satisfecho.

Y ahora ha recaído.
Sí, he vuelto a la política, aunque no en primera linea. Mi cargo actual es político, pero como delegado del Gobierno en el Consorcio de la Zona Franca. Me nombró el Consejo de Ministros el 29 de junio y tomé posesión el 2 de julio.

Oiga, ¿qué es la Zona Franca?
La pregunta es pertinente. La Zona Franca es un organismo poco conocido y cuando tengo oportunidad me gusta explicar qué es y para qué sirve. Es un consorcio formado por la ciudad de Barcelona y el Estado español que se creó hace más de cien años que gestiona un patrimonio público importantísimo, un gran complejo industrial, desde la autosuficiencia económica, sin recibir dinero público. Tenemos más de cien inquilinos de diferente tamaño, desde grandes industrias como Seat o Nissan a pequeñas starups. Y con los beneficios lo que hacemos es promoción económica y nuevos proyectos y organizamos ferias y congresos. Somos una fábrica de oportunidades. Nosotros somos sector público. Nuestra vocación es dar oportunidades a emprendedores sin recursos, a las nuevas generaciones.

Ahora tienen ustedes un gran proyecto, que inauguran el lunes, en el que hay participación terrassense.
Le seré muy gráfico. Nosotros nos ponemos el sombrero de explorador y exploramos territorios. Uno de ellos es el que se llama industria 4.0, relacionado con la digitalización. Uno de los proyectos en este campo es el de la incubadora de empresas de impresión en 3D, al que usted se refiere, que está revolucionando el proceso de fabricación, los materiales, el transporte, la logística, el almacenamiento etcétera. Eso lo hacemos con el Leitat, con HP, que también es comarca, y con las cámaras de comercio del Estado, con Incide.

Este es el ejemplo de la colaboración público privada.
Sería la muestra paradigmática. Nosotros nos pasamos el día en torno a la colaboración público-privada. No siempre los intereses son exactamente iguales, pero si se habla, se construyen proyectos y posibilidades de futuro pues se pueden llegar a acuerdos. Yo siempre digo que la Zona Franca es en realidad un espacio de consenso económico, político y social.

La impresión 3D va a significar una nueva revolución industrial.
Estamos ante una era extraordinaria que lo va a cambiar todo. La impresión 3D se aplica a cualquier producto industrial, pero también comida, casas, coches, cualquier cosa. El otro día me encontré con una persona que iba a que le imprimieran unas gafas que se le habían roto. Cualquier cosa que usted necesite la tendrá en un pen drive y la irá a imprimir a la fotocopiadora 3D de la esquina.

¿Y cómo afecta la coyuntura política a ese supramundo económico?
Para lo que nosotros hacemos ahora, afecta relativamente. De todas maneras, el mundo económico globalizado lo que quiere y necesita son ecosistemas políticos y sociales estables y seguros en el sentido más amplio de la palabra. Barcelona y su región metropolitana es un espacio adecuado. Es cierto, no obstante, que sería mejor un horizonte de mayor estabilidad.

¿Qué papel juega Terrassa en ese espacio? Hemos pasado de defender la comarca a mirar hacia Barcelona.
Terrassa, aunque parezca contradictorio tiene que mirar hacia dos lados, a sí misma y hacia el mundo y para mirar el mundo, para nosotros es fundamental mirar a Barcelona. Muchas de las grandes oportunidades que ha tenido Terrassa y que ha aprovechado, han sido gracias a la proximidad de Barcelona. La ciudad debe saber que quiere ser por sí misma, pero también debe saber cómo relacionarse con el resto del territorio.

Pero esta Región Metropolitana es diversa y heterogénea.
No podemos olvidar que la región metropolitana de Barcelona está compuesta por ciudades de gran personalidad, no son núcleos pequeños que acaban siendo absorbidos por la gran urbe. Creo que se debería recuperar el espacio de colaboración entre las siete ciudades de la segunda corona metropolitana y recuperar, pese a la crisis, la relación del eje de la E9. Andorra está en un momento en que se está replanteando qué quiere ser y Terrassa está en el camino.

¿Y cómo ve usted el gran Vallès?
No lo veo, porque si el gran Vallès se constituye para hacer de contrapeso de Barcelona, no tiene ningún sentido. Debo decirle que no conozco este proyecto en profundidad, pero como concepto no creo él. Me inclino por algo más amplio como es la Región Metropolitana.

En Sabadell no opinan igual.
Permítame que haga un pequeño ejercicio de terrassenquismo. Sabadell ha intentado en alguna ocasión convertirse de alguna manera en un contrapeso de Barcelona y ese, a mi juicio, es un papel equivocado. Entiendo que no debes entregarte a la ciudad de Barcelona, pero creo que estás obligado a establecer espacios de colaboración, porque nunca ciudades como las nuestras podrán ser contrapeso de una marca como la de Barcelona.

¿Y qué me dice de la política terrassense?
cente, intensa. En Terrassa y en otros muchos lugares, el mapa político municipal se ha ido expandiendo con nuevos partidos y propuestas políticas. Creo que las ciudades deben convertirse en espacios de estabilidad para que los gobiernos municipales puedan llevar adelante sus propuestas. Se necesitan gobiernos sólidos y estables. Parece que estamos saliendo de la crisis, pero no todo el mundo lo hace al mismo ritmo y desde cualquier propuesta política debemos atacar la desigualdad.

No ha perdido usted soltura; está claro que en el espacio de un tweet se puede hacer un mitin. Empieza pronto la campaña.
No estoy pidiendo todavía el voto, reflexiono sobre una realidad compleja, pero ya que usted lo dice, entiendo que desde el Gobierno de Pedro Sánchez se han impulsado políticas sociales de gran calado y si hubiese presupuestos se podrían desarrollar muchas más. En ese escenario, es bueno que la figura del alcalde de Terrassa tenga una línea directa y una sintonía con el Gobierno del Estado.

Sobre acuerdo entre partidos, usted tiene experiencia.
Valoro muy positivamente el pacto que desarrollamos en Terrassa con Iniciativa y con Esquerra Republicana. Se hizo desde la lealtad política y personal.Yo he defendido pactos incluso cuando teníamos mayoría absoluta. Las ciudades también se deben gobernar desde el consenso y especialmente en una etapa de crisis o de salida de la crisis, como ahora.

Pero el procés lo condiciona todo.
En el municipalismo debemos ser capaces de encontrar lo que nos une. Entre partidos se trata de crear lugares de encuentro.

En el plano teórico eso está muy bien, pero los bloques no sólo están muy definidos, sino enfrentados.
Mire, yo, en la Zona Franca, me veo con los responsables de las consellerias de la Generalitat de Catalunya. Yo soy un hombre de partido y todo el mundo conoce mis posicionamientos políticos, pero hay que buscar espacios de consenso. Es evidente que discrepamos en lo relacionado al procés, pero nos ponemos de acuerdo en temas de desarrollo económico, como también con la alcaldesa de Barcelona y, por supuesto, con miembros del Gobierno. La colaboración entre proyectos políticos diferentes no sólo es posible, sino también necesaria.

Su paso por el Consorci, puede ser corto dadas las circunstancias. Usted ha planeado su paso con intensidad.
No llego a los cargos pensando en cuánto van a durar. Los vivo intensamente por sistema. Mi cargo no es electo, pero es político. Yo estoy en el Consorci en representación de los ciudadanos y cuando ocupamos un cargo así es para trabajar duro. Debemos responder a la confianza de los ciudadanos. Me da igual que esto pueda durar un mes o diez años.

¿Y cuánto calcula usted?
Si el Gobierno de España hace bien las cosas, que lo está haciendo, si se empiezan a notar las reformas que está introduciendo. Si todo eso se visualiza, creo que el ciudadano dará apoyo a Pedro Sánchez. Lo veo con una fuerza extraordinaria. Tiene que haber una continuidad en este proyecto. La alternativa es inquietante; mire Andalucía y ese pacto vergonzante.

Y qué espera usted que ocurra en Catalunya.
La situación en Catalunya es extramadamente difícil, pero incluso en ese escenario, lo que todos esperamos es que el Govern gobierne. No compartimos ideas, pero lo que se espera de un gobierno es que gobierne. Y en España, espero que las fuerzas que dieron apoyo al gobierno de Pedro Sánchez se den cuenta de que los presupuestos que rechazan son una oportunidad para todos. No sé si estaremos a tiempo.

¿Le preocupa la división de la izquierda?
No me gusta valorar la situación interna de otros partidos, porque nunca me ha gustado que otros valoren lo que ocurre en el mío, pero es evidente que sí, que la situación es preocupante. Podemos es una fuerza que ha ido evolucionando en su perspectiva de asaltar los cielos y luego no ha sido tanto, Habrá que ver cómo evoluciona esa crisis.

¿Cree que podemos acabar sin referirnos a la candidatura de Jordi Ballart a las municipales?
No venía con ninguna idea prefijada sobre ningún tema concreto. Usted es el que pregunta

¿Y bien?
(Silencio y semblante serio). Mire, yo sólo creo que hay una candidatura que tiene la posibilidad de continuar transformando la ciudad, que es la que va a encabezar Alfredo Vega. Por tanto, entienda que no quiera valorar otras propuestas. Todo el mundo habla de la debilidad del gobierno de Vega el último año con nueve concejales, pero no olvidemos que Ada Colau gobierna Barcelona con once y no ha aprobado ni un presupuesto. Alfredo Vega ha hecho un trabajo extraordinario, es una persona honrada que dice lo que piensa y hace lo que dice y eso en política es esencial.

Crea que me he dado cuenta; el suyo ha sido un dribling “messiniano”.
Le he dicho lo que pienso, el contraste es tan evidente, tan grande, que no creo que haya otro comentario que hacer que el que le hecho.

Oiga, a Jordi Ballart lo hizo usted alcalde.
Sí, yo hice la propuesta al partido. No quiero entrar en lo ocurrido (Ballart, sucesor de Navarro, dimitió en 2017 como alcalde y criticó con dureza al que fue el partido de ambos, el PSC). Permita que me quede en que hemos recuperado el pulso de la ciudad, en que tenemos un proyecto claro, en que estamos ilusionados con renovar nuestro compromiso con Terrassa y en que Alfredo Vega es, sin duda, la persona ideal para gobernar la ciudad.

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