La Esco Hivern 2019, la encuesta de la Escola Universitària de Comerç, revela que el último trimestre de 2018 ha marcado una caída de las ventas, los beneficios y los márgenes especialmente en un sector del comercio, el de la moda y el equipamiento de la persona, que acusa de manera acentuada la "burbuja de los descuentos" y el impacto de las compras online.
En el análisis de los tres sectores comerciales más representativos de la muestra de Escodi -alimentación, hogar y equipamiento de la persona-, este último registra los peores resultados.
Ocho de cada diez comerciantes del sector de la moda y los complementos ha perdido ventas y atribuye sus pérdidas a las compras por internet. Uno de cada siete cree, además, que la desestacionalización de las rebajas ha sido también un factor determinante.
Los hábitos de consumo están cambiando y los portales de venta online han registrado récord de operaciones en las últimas campañas. El textil es uno de los sectores donde las compras online más se han disparado y el fenómeno se ha dejado sentir en las tiendas. Sólo un 32% de los establecimientos que comercializa prendas de vestir ha incrementado las ventas, frente a un 43% que ha visto como disminuían.
El dato contrasta con el sector de la alimentación, que no se ha visto tan condicionado por los descuentos y el e-comerce. Más de la mitad de los comerciantes de productos alimenticios afirman haber incrementado las ventas, frente a un 25 por ciento que las ha disminuido.
Retrato bipolar
El contraste de resultados entre ambos sectores se confirma en el análisis de los beneficios del ejercicio 2018. Mientras que sólo un 23 por ciento de los comerciantes dedicados al equipamiento de la persona han aumentado beneficios, frente a un 40% que los han visto retroceder, en la alimentación el 35% de los comerciantes mejoran.
El estudio de Esco Hivern 2019 retrata el estado de salud del comercio catalán y los datos revelan que, después de varios ejercicios de ascenso constante en las ventas, en 2018 ha aumentado el número de comerciantes que perciben un descenso en el consumo.
El resultado arroja un retrato bipolar del comercio catalán, donde por primera vez después de la crisis los resultados son desiguales, incluso contrarios: mientras un tercio del comercio (35%) muestra un buen estado de salud, con más ventas y más beneficios durante el ejercicio 2018, otro 35% idéntico ha visto como caían las ventas, los márgenes comerciales y sus beneficios. Este porcentaje ha crecido ligeramente respecto a anteriores ejercicios, lo que a juicio de Escodi apunta a un problema estructural del sector.
La de este invierno es la primera encuesta de los últimos años en que el número de establecimientos que han visto como el consumo se animaba es el mismo que el de las tiendas que han perdido ventas. Ese freno en el crecimiento de las compras tiene que ver con multitud de factores. El comercio electrónico, los nuevos hábitos de compra y la desestabilización de las rebajas son las tres causas más determinantes de la caída de las ventas en 2018, a juicio de los comerciantes, pero no las únicas.
Política y clima
Los factores políticos y la climatología han pasado esta edición a un segundo plano en la encuesta de Escodi. Mientras ocho de cada diez comerciantes atribuían al clima político la caída de las ventas en la anterior edición, ahora lo hacen sólo tres de cada diez.
La encuesta de Escodi analiza también la influencia que tiene en las ventas el estado de ánimo de los consumidores. El estudio revela que, frente al mostrador, los niveles de confianza son hoy más bajos. El dato apunta un cambio de tendencia después de que en 2016 los compradores manifestaran el mayor optimismo de la década.
El comercio le toma el pulso a diario a la ciudadanía, que a juicio de los profesionales hoy muestra mayores síntomas de desánimo. Un 37 por ciento de los propietarios de establecimientos han detectado una mayor desconfianza de sus clientes en el futuro.
Otro factor determinante tiene que ver con los precios. Durante 2018 han caído los márgenes comerciales y uno de los detonantes ha sido la "burbuja del descuento" que padece el sector. La moda del "low cost" y la búsqueda de los precios más bajos marca la actitud de muchos consumidores y acaba condicionando la oferta.
Los comerciantes recortan precios para asegurarse las ventas y el resultado es que el año pasado sólo la mitad de los empresarios del comercio conservaron los mismos márgenes comerciales que el ejercicio anterior. En este contexto, el porcentaje más elevado de las tiendas, cuatro de cada diez, han visto cómo caían sus beneficios. El dato es el peor de los últimos 4 años.