El espíritu del movimiento 15 M fue recogido en la elecciones municipales de 2015 por diversas candidaturas ( "los comunes") que lograron las alcaldías de Barcelona, Madrid, Zaragoza o Cádiz, entre otras ciudades y entrar en el equipo de gobierno en algunas más. Terrassa en Comú organizó el sábado, en un repleto bar de la Casa Baumann, un debate sobre estas "Ciutats del canvi per un nou municipalisme", con invitados de cuatro de ellas (Barcelona, A Coruña, Lleida y Zaragoza, y un concejal de la oposición en Lleida). Y como anfitrión Xavi Matilla, portavoz del grupo municipal de Terrassa en Comú, que comenzó afirmado que "veníamos de muchos años de un desarrollismo salvaje, con un ‘crecimiento’ vinculado a un desarrollo puramente económico". Y de partidos que gobernaban "por inercia. Los ‘candidaturas del cambio’ han reconocido los problemas reales y se han plantado ante los poderes, con una nueva actitud de trabajo en red".
Desmentir el neoliberalismo
Las estrella del debate fue, sin duda, Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde del ayuntamiento de Barcelona, que con un lenguaje claro resumió "estos cuatro años muy duros , en los que hemos tenido una fracción del poder", y en los que el gobierno de Barcelona en Comú "ha demostrado que se puede hacer una política municipal redistributiva, que ese dogma neoliberal según el cual solo se puede ser riguroso si se está dispuesto a aplicar ajustes es mentira".
Pese a una legislación estatal "profundamente antimunicipalista", las enormes limitaciones competenciales y el hecho de que "puedes ganar batallas políticas, pero luego está el papel del poder judicial y el bloque de poder de los medios de comunicación, que lo dificultan todo", Pisarello cree importante "lo que se ha avanzado en Barcelona en democracia social, económica, ecológica y feminista".
"Y nos atrevimos a dar la batalla también en el tema del agua. Y cuando batallar significa tocar privilegios muy duros, intereses enormemente fuertes, pues hay concejales amenazados y dossiers filtrados a la prensa". A pesar de la complejidad jurídica, el gobierno de Colau ha conseguido un operador energético "que se desconectara de los grandes oligopolios estatales. Algo impresionante". Y ha anunciado un dentista municipal que atienda muy por debajo de los precios de mercado. También ha obligado a los promotores inmobiliares a reservar el treinta por ciento de sus promociones a vivienda protegida. Batalla durísima han tenido en "la contratación pública, que es el núcleo de la corrupción del sistema. Había contratos que se los llevaban las empresas de siempre, y solo el hecho de permitir que pequeñas y medianas empresas, que no habían trabajado nunca con el ayuntamiento, pudieran hacerlo, ya fue un cambio substancial".
Isabel Viñuales, de Zaragoza en Común, llamó a "no permitir que en los gobiernos entre gente que solo piensa en los poderosos". Para el coruñés Daniel R.Cao, "hemos conseguido que la gente sea consciente de que el voto vale, acabar con la pasividad social", y Sergi Talamonte afirmó que, "tras cuarenta años de postfranquismo, en Lleida socialismo es sinónimo de caciquismo total y gobierno para el beneficio de las grandes empresas".
Para Pisarello, en estos momentos la batalla esencial para el "municipalismo transformador" es contra la especulación financiera. "Quien tenga una iniciativa minimamente productiva, es aliada nuestra. Pero si vienen solo a especular, son enemigos de la ciudad."
Entender los miedos
Surgió el tema del auge de la extrema derecha, que para Pisarello "está entendiendo muy bien el miedo que siente mucha gente, que es el terreno propicio para que pueda decir que el culpable es ese vecino que no es como tú pero no los grandes bancos ni quienes han cometido las grandes estafas". Y Vox, "neoliberales absolutos, que pretenden desregularizarlo todo", "se parecen más a Bolsonaro en Brasil, y a la extrema derecha latinoamericana, que incluso a Salvini o Trump".
Para contrarrestar a la extrema derecha, el municipalismo transformador ha de dar seguridad. entendida "no solo con que no te roben, que también, sino ante la posibilidad de que no pierdas tu casa de manera arbitraria, que si te echan el ayuntamiento tenga una unidad contra el deshaucio que haga mediación e impida que te quedes en la calle. Que somos confiables, honestos y valientes".
