El pleno municipal aprobó ayer el nuevo concurso para adjudicar el servicio de autobuses urbanos de Terrassa. El gobierno local del PSC recibió el apoyo de Ciutadans y el PDeCAT, como estaba previsto, y la abstención del PP, para dar luz verde al expediente a la espera de que un nuevo pleno apruebe el pliego de condiciones para las empresas que opten a la adjudicación, ahora en manos del grupo Avanza. Y, como estaba previsto, los grupos de izquierdas en la oposición, ERC, CUP y Terrassa en Comú (TeC) votaron en contra después de discursos afilados de sus representantes.
Alfredo Vega, el alcalde, cerró el pleno extraordinario de ayer, que duró algo menos de una hora, con una defensa del modelo externalizado, aunque con control público: las reglas de gasto y los techos presupuestarios, dijo, no permiten al Ayuntamiento acometer directamente una gestión de los buses que implicaría inversiones en nuevos vehículos, por ejemplo. "Eso sería una irresponsabilidad". Marc Medina, de la CUP, había lamentado la "decisión unilateral" de llevar adelante este proceso y Carles Caballero (ERC) abogó por la gestión pública directa precisamente para lograr los objetivos de eficiencia esgrimidos por los partidarios del proceso. "No tener el control es dar carta blanca al concesionario", señaló el concejal republicano antes de recriminar, como otros ediles, las "prisas" del equipo de gobierno para tirar adelante un plan así en los últimos meses del mandato.
Xavier Matilla, de TeC, atribuyó al PSC una falta de voluntad de consenso y ha calificado de "electoralista" una iniciativa que ha contado con la muleta "de los partidos de derecha". El teniente de alcalde Marc Armengol defendió el expediente enarbolando un proyecto de mejora del servicio que pretende dar cobertura a los polígonos industriales e incrementar la frecuencia de paso de buses hacia el Hospital de Terrassa. Este modelo de gestión, aseguró, es el mejor, entre otras razones porque permite que las inversiones y su riesgo recaigan en la empresa que gane el concurso, y no en el Ayuntamiento.
Miquel Sàmper (PDeCAT) destacó el índice de satisfacción de los usuarios del bus y descartó que existan argumentos de peso "para cambiar el modelo de gestión". Javier González, de Ciutadans, elogió la fórmula de colaboración público-privada, "la más óptima" siempre que se garantice una buena prestación. "Lo que no se vota hoy son los pliegos, y estaremos vigilantes durante su elaboración", dijo el edil naranja. Álex Rodríguez, del PP, no se mostró en contra de externalizar el servicio, sino todo lo contrario, pero los populares decidieron abstenerse al considerar "un despropósito" que el gobierno active un concurso "cuatro meses antes de unas elecciones municipales que seguramente cambiarán el panorama político".