El domingo se despertó lluvioso pero no fue un freno para acudir a la cita de inauguración del equipamiento cívico de la plaza de La Maurina, entre las calles de Orà, Franc Comtat y Felipe II. El centro, la sala, se quedó pequeña para acoger a las personas que acudieron y muchas de ellas lo tuvieron que hacer a través de una pantalla instalada en un espacio contiguo al principal.
La convocatoria se lo merecía. Se daba apertura a un nuevo equipamiento y con él también se celebraba que había finalizado el Pla de Barris, que se inició en 2008 y acaba de finalizar. Una década, pues, de obras y acciones que han comportado una transformación del barrio no solo urbanística sino también social y económica. Diez años que, además, se han hecho muy largos, si se tiene en cuenta que la ejecución estaba prevista en cuatro años, hasta 2012, pero la crisis económica vio truncada la aspiración y tuvo que alargarse hasta hoy.
La sala del centro se llenó hasta la bandera de vecinos, muchos de ellos representantes de entidades del barrio que han colaborado codo a codo con el Ayuntamiento y la Generalitat para que La Maurina diera un vuelco y se presentara más amable y accesible. Y, en la primera fila, los máximos representantes institucionales encabezados por el alcalde Alfredo Vega y el secretario general de Hàbitat Urbà i Territori, Agustí Serra.
Apeadero, nuevo objetivo
Vega dijo, en su intervención, sentir una satisfacción especial "por haber cumplido con el plan a pesar de las dificultades y de alargarse diez años". El alcalde se felicitó porque "las intervenciones llevadas a cabo han supuesto mejorar las condiciones de vida del barrio". Y quiso enfatizar, especialmente, la cuestión social. "El tocho es importante pero lo es más cambiar las dinámicas sociales".
El alcalde aprovechó también para reivindicar que "el Govern vuelva a reactivar los Pla de Barri o instrumentos similares, con el objetivo de dignificar las zonas deprimidas de las ciudades". Y agregó, para finalizar, que "La Maurina sigue teniendo proyectos pendientes, entre estos el apeadero de Renfe y trabajaremos para lograrlo".
El turno de parlamentos se abrió con Agustí Serra, secretario de Hàbitat Urbà i Territorio de la Generalitat, quien ejemplarizó la inauguración de "representativa de la acción de los gobiernos y de su colaboración". Serra también coincidió en subrayar que "el plan ha comportando una mejora de la calidad de vida de las personas. Se trata de hacer obras pero también de acompañar al barrio. Por ese motivo se ha hecho un proyecto que alcanza a todos , al comercio, a las personas mayores, a los jóvenes, a los recién llegados…. Hay, pues, una dimensión humana", manifestó.
Los vecinos ponen la voz
Tras el acto más oficial llegó la parte más distendida. Se proyectó un reportaje titulado "10 anys del Pla de Barris de La Maurina" en que los vecinos tomaban la palabra y hablaban de lo beneficioso que habían sido las obras. "Era un barrio deprimido y ahora es un barrio de acogida. Han resurgido las entidades y se ha favorecido la cohesión, la convivencia", se pudo escuchar en más de una opinión tomada en la calle.
Muchas palabras a favor y también imágenes que expresaban el cambio acontecido. La exposición de los fotógrafos Miquel Badia y Rafel Casanova ilustraban gráficamente el salto en el tiempo. Junto a esta muestra, la videoinstalación de Claudio Zulian, "A la nit vam construir les cases", que rememoraba el pasado y una muestra artística del Distrito IV que visualiza la vitalidad creativa de la zona.
La inauguración del equipamiento fue el acto central del domingo y de un programa festivo que duró todo el fin de semana. El domingo, sin embargo, las actividades estaban previstas en la plaza de la Maurina, frente al centro cívico, y como llovió sólo tuvo lugar la chocolatada organizada por la Fundació Maria Auxiliadora.
El sábado, primer día de la fiesta, hizo frío pero buen tiempo. Ese día, el programa se desarrolló en la Biblioteca Bd4 y en la plaza de la Assemblea. En la biblioteca se abrió una exposición sobre el Pla de Barris de La Maurina y hubo sesión de cuentos. Por la tarde, tuvo lugar exhibición de los Diables de La Maurina, "batucada" con Som-Maurina y actuación del grupo musical Hokele.