Ante todo decir que estamos gratamente sorprendidos por la evolución artística del Ballet de Catalunya, la compañía residente en el Centre Cultural Terrassa y porque se está convirtiendo ya en marca de la ciudad. El espectáculo de danza que ofrecieron de "El cascanueces" tuvo momentos brillantes y constató que estamos ante una formación que trabaja mucho y que tarde o temprano tendrá su reconocimiento merecido.
"El cascanueces" se presentó con las tres funciones llenas hasta la bandera y no decepcionó. Hay algunos detalles por pulir pero no hay duda de que la obra fue un festín de clásico muy bien interpretado con un gusto exquisito, además, en el vestuario, figurines y máscaras. Destacaron los solistas en los personajes principales como Yukari Mizu (hada de azúcar y reina de las nieves), Lucien Mizu (Droselmayer, el padrino). Alexandra Urcia y Rebecca Storiani (ambas compartieron el papel de Clara) y Lorenzo Misuri ( príncipe Cascanueces). Y también los bailarines que afrontaron los pasos a dos y los tercetos, y el coro. El ballet es una obra de repertorio de las más representadas, especialmente por las fiestas navideñas porque sus protagonistas son los niños y los juguetes. Es un cuento, pues, en toda su extensión. La idea es de Ernst Hoffman, adaptada por Alejandro Dumas, y narra el sueño de una niña, Clara, el día de Navidad, tras recibir los regalos, uno de los cuales es un muñeco cascanueces que toma la figura de soldado de plomo. Clara se va a dormir y tiene un dulce sueño; viaja a un universo donde objetos y seres inanimados recobran vida. Todo es, pura, magia, pero satisfactoria. Porque en esa aventura, guiada por una hada, conocerá reinos donde todo es posible.
Disfrutamos de todo el ballet pero más en el segundo acto -el reino de los dulces- cuando se sucedieron las danzas de origen y cultura diversa. Nos conquistó la danza española, nos sedujo la árabe y nos hizo vibrar la danza china (los mirlitones) y la rusa. Llegados aquí aún nos quedaban dos pasajes, el vals de las flores, y el gran paso a dos. Nos dejamos llevar sin esfuerzo alguno, inmersos en la música de Chaikovsky que llegaba también a su máxima expresión melódica. El final, apoteósico. La compañía fue reclamada varias veces y ovacionada por el público.
Talento
E Ballet de Catalunya, lo decíamos al principio, es joven pero tiene mucho talento. Los bailarines demuestran una técnica depurada en los movimientos y pasos más exigentes, como son las piruetas; los saltos y los giros sobre un pie. Algunos de estos bailarines quedan suspendidos en el aire, vuelan.
Importante es también que estos bailarines expresen y comuniquen con su danza, su rostro y gesto. Y en esta formación se da todo ello por lo que el espectador se siente doblemente privilegiado. Estamos inquietos, pues, por ver los próximos estrenos, "La ballarina de Picasso" y las sinfonías de Beethoven.