La Peste Negra o bubónica mató en el siglo XIV a cincuenta de los ochenta millones de habitantes de Europa. ¿Que relación guarda con el Camino de Santiago, para que Terrassa Jacobea, el boletín de Amics del Camí de Sant Jaume de Terrassa, le dedique el dossier central de su tercer número?. Pues que "en la Edad Media, los peregrinos, de forma totalmente inconsciente, colaboraron en su expansión y transmisión -junto con otros colectivos: soldados, mercaderes, vagabundos y mendigos. La consecuencia es que la Peste Negra hizo desaparecer la práctica de la peregrinación medieval que movía anualmente centenares de miles de personas por toda Europa", señala Francesc J, Suarez en la introducción de su estudio sobre el tema, titulado "De la pesta a la festa",
El panorama generado por esta pandemia fue apocalíptico. Como culpables, la gente señaló a los judíos y a la gente pobre y deforme, pero también a los peregrinos, "a los cuales cerraban las puertas de las casas y de las villas", evidentemente con más razón que las acusaciones a los primeros grupos. "La peste negra colapsó el peregrinaje en Catalunya y en toda Europa. La gente ya tenía suficiente trabajo para sobrevivir y enterrar a los muertos. Los pocos que todavía se arriesgaban en su talante piadoso de emprender el camino hacia un santuario eran mal vistos, peor recibidos, y las puertas de las villas y ciudades les eran cerradas".
Iglesias reducidas a ruinas
La ausencia de peregrinos fue tan grande en Catalunya "que muchas de las iglesias dedicadas a Sant Jaume que fueron levantadas en los momentos de euforia peregrinal de los siglos XII y XIII fueron abandonadas del culto y con el tiempo reducidas a ruinas". El erudito jacobeo Antoni Noguera, en su libro "El Pelegrinatge medieval al Nord-est català", señala que otro hecho negativo para los peregrinos fue la nube de langostas que en 1458 "cayó sobre las cosechas y se acumularon hasta un palmo de grueso", coincidiendo precisamente con la festividad de Sant Jaume. "El hecho y el día en que se presentó tuvo que ser un golpe mortal para los peregrinos, ya mirados con malos ojos desde la primera peste del año 1347". Suárez también explica los "votos de pueblo" a santos protectores que se realizaron en diversas poblaciones catalanas para que les librara de la peste, y que están en el origen de muchas fiestas actuales. Entre los requeridos estuvo Sant Roc, lo que ha motivado que en Catalunya tenga muchos lugares de fiesta y devoción. Suárez ha localizado 52, entre ellos Terrassa.
De ahí que el artículo se complemente con una aportación de Francesc Comellas, gran coleccionista y estudioso local de los "goigs", que reproduce dos piezas dedicadas al santo realizadas en nuestra ciudad, uno de 1950 y otro de 1974. Ambos fueron editados con motivo de la fiesta de Sant Roc, el 16 de agosto.
El día en que entró en Terrassa
Comellas cita al historiador Joaquim Verdaguer en su estudio sobre el tema, que señala que el 7 de julio de 1588 el Consell de la Vila, ante los estragos causados por sequía y la peste decidió encomendarse a Sant Roc, Sant Sebastià y Santa Madrona "pidiendo ayuda y haciendo el voto de venerarlos y celebrar los días que la iglesia les tiene dedicados". El 15 de agosto se considera la jornada en que la peste entró en Terrassa. Mató unos trescientos de sus tres mil habitantes, muchos de los cuales huyeron a los masos y las montañas. "El voto a Sant Roc, con más o menos procesiones y fiestas, se ha ido cumpliendo, haciéndose efectivo el compromiso de aquellos terrassenses fieles al santo. Sólo durante la Guera Civil no se celebró el voto."
Esta tercera entrega de Terrassa Jacobea incluye asimismo un trabajo, también de Francesc J.Suárez, sobre las iglesias dedicadas a Sant Jaume en la comarca del Alt Camp. La publicación se complementa con "Pelegrins en el camí", nueva sección dedicada a dejar constancia de las rutas realizadas por los socios de Amics del Camí de Sant Jaume de Terrassa, la crónica de las actividades de la entidad y comentarios sobre esculturas jabobeas.