Las manchas sanguinolentas salpicaban el interior de un coche y el de otro, entre papeles y otros objetos removidos. El ladrón se hizo daño: se hirió, al parecer, cuando reventó las ventanillas de dos vehículos. Lo pillaron unos mossos el sábado pasado, cuando se marchaba del aparcamiento donde había asaltado los dos turismos. Cargaba una batería.
De madrugada, a eso de las 4.30, un testigo contactó con el sistema de emergencias 112 porque había observado un robo: vio a un tipo joven destrozar el cristal de un coche estacionado en un aparcamiento del paseo del Vint-i-dos de Juliol.
Hacia el parking señalado por el testimonio se dirigieron efectivos de los Mossos d’Esquadra del Àrea Bàsica Policial (ABP) de Terrassa. Y llegaron a tiempo de ver salir al sospechoso. Observaron cómo se iba del aparcamiento. Portaba algo pesado en los brazos. Era una batería de vehículo. Los mossos interceptaron al individuo, un joven de 18 años. Advirtieron que estaba herido: tenía sangre en una mano. Lo cachearon y le encontraron dos teléfonos móviles.
Mientras unos mossos cumplimentaban la identificación del sujeto, otros se aplicaron en la inspección del aparcamiento para hallar coches violentados.
En efecto, como había apuntado el testigo, un vehículo estaba forzado, con un vidrio destrozado. Los agentes localizaron un segundo automóvil con parejos daños.
En los dos vehículos, con el interior removido, con documentos por el suelo, había manchas de sangre. Pero ambos coches tenían intactas las baterías. No se sabe, entonces, de dónde salió la que llevaba encima el joven cuando lo sorprendieron los mossos a la salida del aparcamiento.
El sospechoso, vecino de Terrassa, de origen magrebí y sin antecedentes, acabó detenido como presunto autor de dos delitos de robo con fuerza en las cosas. Un coche patrulla lo trasladó a la comisaría de Can Tusell. El domingo pasó a disposición judicial.
