Terrassa

Llega más gente de otros sitios de Catalunya de la que se marcha

Son más los que llegan que los que se van. Terrassa, con un resultado de 390 en la resta, es la tercera ciudad de Catalunya con un mayor saldo positivo en cambios de residencia registrados en el interior de la comunidad autónoma. Así resulta de los datos sobre "movimientos migratorios" del 2017 hechos públicos por el Idescat, el Institut d’Estadística de Catalunya. Las primeras ciudades catalanas en esta clasificación son Sabadell y Badalona. Sant Cugat del Vallès es una de las poblaciones con peor saldo. La cifra de habitantes de Terrassa creció el 8,67 por mil el año pasado.

Los 236.694 cambios de residencia entre municipios de Catalunya registrados en el 2017 representan un incremento del 2,8 por ciento respecto al 2016. Y reflejan un cambio de tendencia en la evolución de las migraciones en el interior de Catalunya. Según destaca el Idescat, desde el estudio correspondiente al 2010 "no se registraba un aumento del número de movimientos migratorios internos en el territorio catalán".

La tendencia al alza se manifiesta en la mayoría de comarcas, mientras que el Baix Ebre, la Cerdanya, el Pallars Jussà, la Ribera d’Ebre y la Terra Alta arrojan saldos negativos. El Vallès Occidental es la tercera comarca de Catalunya con un valor más alto de saldos migratorios netos, con 1.115 habitantes, tras el Maresme (1.820 movimientos) y el Vallès Oriental (1.461).

La diferencia entre los que se marcharon y los que llegaron fue de 567 personas en el caso de Sabadell, y de 489 en el de Badalona. La cifra resultante de la resta fue de 390 en Terrassa, por encima de los 352 registrados en El Vendrell, la cuarta población del grupo de cabeza. Sin embargo, Sant Cugat del Vallès figura en el conjunto de poblaciones con mayor saldo negativo. La lista la encabeza Barcelona (9.222 habitantes menos), seguida de la localidad de l’Hospitalet de Llobregat (585). En tercer puesto por la cola se situó Santa Coloma de Gramenet (474). El saldo negativo registrado en Sant Cugat del Vallès fue de 351 habitantes.

Centro de atracción
El informe del Idescat, realizado a partir de la estadística de variaciones residenciales del Instituto Nacional de Estadística, subraya que el 56,2 por ciento de los movimientos internos en Catalunya son intercomarcales. De los datos demográficos se infiere que las comarcas limítrofes con el Barcelonès se convierten en "centros de atracción de los flujos intercomarcales". Entre ellas, el Vallès Occidental. Y dentro de la comarca, Sabadell y Terrassa se configuran como localidades "atractivas".

El Barcelonés fue receptor destacado de migraciones del resto de España, pero emisor en los movimientos dentro de la comunidad autónoma. Además de la capital catalana, los datos apuntan que los principales emisores de flujos migratorios fueron municipios con una población situada entre los 50.000 y los 100.000 habitantes.

Un dato para la "pugna"
El saldo positivo en migraciones internas no hace sino corroborar en este factor la tendencia al alza en la población egarense. Terrassa, con 216.428 habitantes, se ha convertido en la tercera ciudad de Catalunya en número de habitantes, sólo por detrás de Barcelona y l’Hospitalet de Llobregat.

Del informe elaborado por el Idescat se infieren datos curiosos en cuanto a la "pugna" histórica por la disputa de ese tercer puesto estadístico después de la pareja de monstruos demográficos.

Las dos primeras ciudades en el ranking poblacional tienen saldo negativo interno, mientras que Terrassa, la tercera de Catalunya, y sus dos "competidoras" de los últimos años son las tres localidades catalanas en la parte alta de ese apartado: a las tres llegan más personas de otros sitios de Catalunya de las que se van. Barcelona y l’Hospitalet de Llobregat son emisoras de población, han devenido urbes centrifugadoras. Terrassa, Sabadell y Badalona ganan vecinos, sobre todo entre los procedentes de otros lugares de la comunidad.

Si el saldo con el resto de poblaciones catalanas es de 390 personas, el referido a otras localidades del resto de España es poco significativo: en el 2017 fue positivo, sí, pero con un resultado final de sólo dieciséis habitantes. Los datos publicados por la Generalitat revelan también un aumento alto de terrassenses llegados del extranjero. Vinieron más de 3.000 personas, mientras que la cifra de emigrantes fue de la mitad. El número de nuevos ciudadanos de Terrassa procedentes del resto de la Unión Europea apenas superó las 360 personas. Del resto del globo arribaron a la ciudad más de 2.700 personas. El crecimiento natural en la ciudad fue del 2,57 por mil. La clave del aumento poblaciones radica, a tenor de los datos, en el crecimiento migratorio, del 6,10 por mil.

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