El estudio de implantación de medidas de control por imágenes es una de las reacciones al aumento de la inseguridad provocado, sobre todo, por una tipología delictiva que genera gran alarma social: los robos con fuerza en viviendas. Los mismos que han crecido en Terrassa un 21 por ciento en un año. Los mismos que semanas atrás activaron un revuelo vecinal en Matadepera.
Los Mossos d’Esquadra tienen enmarcha un plan específico de lucha contra estos delitos, y las policías locales trabajan también con denuedo en programas de prevención y vigilancia, pero estas acciones no parecen suficientes para rebajar la incidencias de estos hechos delictivos. Sí se reduce, y de manera significativa, cuando la policía desarticula algún grupo especializado e itinerante con un montón de robos a sus espaldas. Ocurrió meses atrás en Terrassa con la detención de varios georgianos.
Desde el verano, sin embargo, los asaltos a domicilios han experimentado un repunte que preocupa a policías y responsables políticos. El 20 de noviembre fue uno de los temas tratados en la reunión de la Junta Local de Seguridad. La cifra de delitos denunciados había aumentado en la ciudad un 12 por ciento en casi un año, de noviembre del 2017 a octubre del 2018. El incremento era muy acentuado en los robos en vivienda: el citado 21 por ciento. Al acabar la reunión, el alcalde, Alfredo Vega, expresó su inquietud por la subida de esos asaltos, atribuida a las razias de bandas de delincuentes itinerantes. Vega pidió al conseller de Interior, Miquel Buch, más mossos para el Àrea Bàsica Policial (ABP) de Terrassa.
Seis días después, el malestar en Matadepera por la inseguridad se plasmó en una protesta de cientos de vecinos frente al Ayuntamiento de esa localidad. El problema arrancó hace más de un año. La concentración, tensa, fue convocada por residentes en diversos sectores y urbanizaciones y se celebró justo cuando los concejales participaban en el pleno municipal.