El Camino de Santiago también ha motivado la emisión de sellos con sus elementos e imágenes más característicos, y existe toda una “filatelia jacobea” que puede recorrerse estos días peregrinando a la sede de la Associació de Col·leccionistes de Terrassa. Allí expone Francesc Suárez, que por sus distintos tramos lleva andados 12.500 kilómetros de Camino (tres veces ha caminado de nuestra ciudad a Santiago), y cofundador de Amics del Camí de Sant Jaume de Terrassa, su colección de piezas del tema (complementadas con algunas más, cuyo original le falta, que han aportado otros socios filatélicos de la Associació), junto a fotocopias aumentadas de las mismas, para que se aprecien todos los detalles, más publicaciones, documentos y material diverso, ordenado y presentado con cuidado y rigor en plafones, en un montaje que por la pasión y rigor con que esta hecho merecería ser presentado también en un espacio de mayor tránsito.
Todos los sellos españoles sobre el Camino, emitidos a lo largo de la historia por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre a lo largo de la historia, y también algunos franceses y portugueses, están en esta exposición, explica Suárez, que comenzó con la filatelia de forma general a principios de la década de 1980. Fue un fogonazo juvenil que pronto abandonó, para retomar años después al apasionarse por la Ruta y unir los dos intereses.
Ahora, sobre los sellos jacobeos, Suárez lo sabe todo o casi, y su erudición la ha plasmado en un libro sobre los 52 sellos españoles que han sido emitidos en año santo jacobeo (aquellos en que el 25 de julio cae en domingo), cada uno con una ficha con sus datos y definición. Una obra que tiene inédita “y que no se editará. Sólo he confeccionado dos ejemplares, uno para mí y otro que quedará en la Associació de Col·leccionistes de Terrassa, para quién quiera consultarla”.
Los primeros sellos dedicados al Camino fueron emitidos el el 15 de julio de 1937, año santo jacobeo, dedicados al Apóstol Santiago, la Catedral y el Pórtico de la Gloria, con los valores de quince y treinta céntimos y una peseta y el título “Año Jubilar Compostelano”. Suárez no posee los originales, pero sí están en la exposición, cedidos por socios de la entidad.
Desde ese 1937, y con la excepción de 1948, no ha habido año santo sin sus sellos, que evidentemente los peregrinos gustaban de comprar para mandar sus cartas y postales. En 1949 fueron nueve, en 1954, dos, en 1965, también dos. “Los primeros dibujos son muy esquemáticos. Conforme va pasando el tiempo las técnicas de elaboración de los sellos van evolucionando. Los dos de 1965 son para mí los más bonitos, y los de 1971, algunos con mapas de rutas, también magníficos”.
Otros apartados
Otros apartados de la exposición -en total, tres plafones con sesenta sellos cada uno- están dedicados al Camino Francés y el Camino Portugués, y a sellos con motivos vinculados a elementos relacionados con el Camino en general. Suárez también ha investigado todos los sellos editados en España sobre Catalunya (los primeros, de 1931) y, por supuesto, ha puesto en los plafones los tres de que goza nuestra ciudad: dos de les Esglésies de Sant Pere (Sant Pere y Santa Maria), emitididos el 25 de junio de 1975, y otro del Vapor Aymerich, Amat i Jover, del 8 de junio de 2000.
“El Camí de Sant Jaume i la filatèlia” se complementa con una selección del ingente material sobre el tema que Suárez ha acumulado a lo largo de los años: credenciales y diplomas diversos, guías y libros de historia y de vivencias, algunos de ellos, por cierto, de autores terrassenses (Josep Trullàs, Victor Peiró, Carmina Puig i Ustrell).
Coleccionista de topónimos
Persona muy conocida en el mundo del excursionismo terrassense, esta exposición permite descubrir al Francesc Suárez coleccionista. Que también lo es de “cosas inmateriales, como topónimos históricos (del siglo IX al XX), del ámbito de Terrassa, Sant Pere de Terrassa, Matadepera, Rellinars, Sant Llorenç Savall, Mura, Vacarisses i Viladecavalls”. Una colección muy barata, pero que requiere “una gran inversión de tiempo”.
