Este miércoles, “Operación Triunfo 2018” celebró su gran final, en la que Famous fue nombrado ganador. Horas después hablamos con Miki Núñez, el concursante terrassense de esta edición, que tuvo que abandonar el talent show musical tan solo una semana antes.
¿Qué tal? ¿Cómo va la resaca emocional de la final?
Uff! Aún dura. Lo viví por primera vez desde el otro lado. Fue un poco extraño pero muy guay. Estuve súper orgulloso todo el rato. ¡Es que vaya show montaron! ¡Qué locura!
¿Le sorprendieron las posiciones en las que quedaron los finalistas?
Intenté no hacer elucubraciones porque sabía que dependería mucho de las actuaciones de la final. Estaba todo tan igualado que preferí no hacer apuestas. Al principio del concurso pensaba que ganaría Natalia pero es que lo de Famous fue impresionante.
En el Chat de la Gala 0 votó a Natalia y tras su expulsión, cuando Noemí Galera le preguntó, mantuvo su apuesta. ¿Cuando salió de la Academia cambió de opinión?
Sí. Cuando salí, me di cuenta de que podía pasar cualquier cosa. Desde dentro pensaba que la ganadora iba a ser Natalia. Yo la veía como el “whole package”. Baila perfecto, canta perfecto y tiene un gran carisma. No estoy diciendo que las otras concursantes no lo tengan pero… (Miki suele hablar en femenino cuando se refiere a un grupo de personas).
¿Se esperaba la expulsión en la Gala 12 o ya se veía en la final?
Yo estaba preparado tanto para una situación como para la otra. Pero veía que el nivel de mis compañeras era espectacular, por lo que estaba preparado para irme.
¿Duele quedarse a las puertas de la final? ¿Le hubiera dolido menos irse en la Gala 10 o la 11 que en la 12?
No. Cuando más tiempo estés dentro de la Academia, mejor. Cada hora que estás allí, aprendes. Si me hubiera podido quedar unos minutos más, los hubiera aprovechado.
¿Qué balance hace de su paso por el programa?
He aprendido mucho en todos los aspectos. Mi balance es súper positivo. La experiencia no podría haber sido más positiva de lo que ha sido.
¿Se había planteado nunca antes presentarse a un programa de televisión?
No. Cómo hubo el boom de la edición de 2017 y este año podías colgar un cover y que te dieran un pase directo a los castings, lo quise probar. Y probando y probando, mira, llegué hasta la Gala 12.
¿Cuál era su objetivo?
Aprender, aprender todo lo que pudiera. Y, obviamente, poder vivir de la música y cantar, que es lo que más me gusta.
¿Cómo vivió el hecho de estar tan cerca de su casa pero a la vez tan lejos de los suyos?
Emocionalmente era raro. Estaba en mi ciudad pero fuera de casa y sin poder hablar con mi familia y amigos. Al principio fue un shock importante pero me acostumbré.
¿De qué actuación está más orgulloso?
De la de “Una lluna a l’aigua”, de Txarango, que es un grupo que me encanta. Yo me lo paso muy bien haciendo este tipo de música. También estoy muy orgulloso de la de “Promesas que no valen nada”. Al principio me costó muchísimo y al final quedé muy contento.
¿Y de la que menos?
La de “El Patio”, por favor. No estoy demasiado contento.
¿Cómo se sintió al ser el primer concursante de “OT” en cantar en catalán en una gala?
Fue un orgullo pero también una responsabilidad. Tenía que hacerlo bien. Quedé muy contento.
Aquel día fue el favorito del público. En esta edición, en cada gala ha habido un favorito distinto. Usted es el único que ha repetido.
Nosotros nunca hemos sido competitivos y que cada semana cambiásemos de favorito fue genial. Salir yo dos veces y además cantando por primer vez en catalán, me hizo muy feliz. Solo puedo dar las gracias a la gente que me apoyó.
El jurado le propuso varias veces para abandonar la Academia pero siempre lo salvaron los profesores o los compañeros. ¿Por qué cree que fue?
No tengo ni idea. Pero se lo agradezco muchísimo.
Ya se ha publicado un minuto de cada una de las canciones que optan a Eurovisión. ¿Le gustaría ir?
Eurovisión es un escaparate y una oportunidad muy buena para cualquier cantante. Hasta aquí puedo leer.
¿Le gustan los temas que le han asignado?
Sí. Me gustan los tres. Son muy diferentes entre sí. No tengo favorito.
Tras el reparto hubo muchas críticas en las redes sociales porque a usted le dieron tres canciones y hay otros concursantes que no tienen ninguna.
Me pareció muy extraño que yo tuviera tres canciones y que hubiera tres compañeras sin tema. Pero en aquel momento pensé que si me daban la oportunidad de cantar tres canciones y me quejaba, me dirían de todo. Pensé que lo mejor era callar pero ahora ya puedo decir que no me parece nada bien.
Le acusaron de ser el protegido. ¿Cree que esto le resto votos en la semifinal de “OT”?
Esto del favoritismo me parece bastante extraño. Durante el programa nos han tratado a todos y a todas por igual. Lo de las tres canciones es posible que repercutiera pero creo que la gente que ve “OT” es inteligente y no vota por polémicas; creo que la gente vota por cuestiones musicales.
Otro tema que generó controversia fue la canción de Mecano y la palabra “mariconez”. Noemí Galera ha dicho que si hubiera sabido “la que se iba a liar”, esta canción no se hubiese cantado.
Cualquier debate que se abra, siempre que sea sano y respetuoso, es genial. Vivimos en una sociedad de cambio y es importante conocer la opinión de todos. A mi, como hombre heterosexual, blanco y europeo, decir “mariconez” en una actuación en una televisión pública no me parecía bien.
¿Qué le gustaría hacer a partir de ahora?
Me gustaría ir por una línea festiva, de buen rollo. Que la gente venga a mis conciertos a bailar, a cantar y a saltar. Pero también me gustaría que en algún momento del concierto la gente llorara conmigo. Aún tengo que descubrir muchas cosas pero esta parte más intimista también me gusta. Mi sueño es que los músicos que me han acompañado siempre, que son mis mejores amigos, sigan conmigo hasta el infinito y más allá aunque también me gustaría añadir algo más.
¿Le veremos actuar en fin de año en el Raval de Montserrat con Dalton Bang?
Aún tengo que hablarlo con Universal. Si por mi fuera, yo estaría allí cantando durante seis horas, de doce a seis, y si pudiera, más. Pero yo no tengo la última palabra. Cuando lo sepa, lo diré.
¿Seguirá viviendo en Terrassa?
Yo soy terrassense hasta la médula. Ojalá pudiera quedarme a vivir aquí toda la vida pero no sé que me depara el futuro. A lo mejor me tengo que mudar. No lo sé.