Hoy arranca el juicio contra el Procés con el trámite de cuestiones previas. El mismo día en que Josep Rull cumple 302 días entre rejas y 15 en huelga de hambre. Con la vista puesta en el Tribunal Supremo, el ex conseller egarense explica en una entrevista escrita que ha perdido 6 kilos y que intenta ahorrar energías para sobrellevar el día a día en las mejores condiciones. Desde su celda en la prisión de Lledoners, Josep Rull reflexiona sobre el futuro del independentismo y valora el Consejo de Ministros del viernes 21 de diciembre en Barcelona. Cree que Pedro Sánchez llega a Catalunya tras dilapidar el consenso de la moción de censura y hace una llamada a que las protestas anunciadas sean “pacíficas y cívicas. Nosotros -dice- siempre hemos defendido nuestras ideas con la cara descubierta”.
En primer lugar, ¿cómo se encuentra cuando cumple dos semanas en huelga de hambre en la prisión de Lledoners?
Me encuentro razonablemente bien. Hoy es el 12 día de huelga de hambre (Josep Rull respondió a las preguntas de Diari de Terrassa el pasado viernes) y he perdido 6 kilos. Cada día es una batalla muy intensa con uno mismo, con lo más profundo de tu alma. La vertiente psicológica es la más dura. La sensación de gana persiste. Los días se vuelven absolutamente planos sin las comidas que, aunque no nos las dan, suponen una ruptura, una especie de “meta volante”, una expectativa.
Uno nunca está preparado para esta experiencia, ¿Cómo afronta ese día a día?
Tienes que buscarte incentivos. Ahora miramos de hacer el mínimo esfuerzo posible para ahorrar energía. Pasamos más horas en la celda. Físicamente te sientes más débil, a menudo como si flotaras… Nos controlan la tensión arterial a diario, el peso y el azúcar. Y periódicamente nos hacen analíticas de sangre y orina.
En toda Catalunya proliferan ayunos solidarios. También en Terrassa. ¿Cómo valora ese gesto?
Estas expresiones de solidaridad nos transmiten mucha fuerza. El objetivo de la huelga es sacudir conciencias y denunciar la actitud irregular del Tribunal Constitucional, que admite a trámite el cien por cien de nuestros recursos de amparo para, después, dejarlos en un cajón para evitar que podamos recurrir a la justicia europea. Esto debería interpelar a todos. Hoy somos los independentistas. Mañana, cualquier otro que discrepe.
¿Cual cree que será la efectividad de la huelga de hambre, teniendo en cuenta que el TC ha reiterado que resolverá “conforme a calendario”?
Lo que está pasando es un escándalo que no puede dejar indiferente a nadie. El TC debe resolver, según su propia ley, los recursos en 40 días, 30 días según su jurisprudencia cuando hay prisión preventiva. Nuestro primer recurso, el de Jordi Sánchez, se presentó hace más de un año. Este “conforme a calendario” es un sarcasmo. A pesar de todo, los estamos forzando a que por fin haya un calendario. Empiezan a abrir el cajón.
Algunas voces han tildado la medida de presión de precipitada, dada la proximidad del juicio contra el Procés y la necesidad de afrontarlo en las mejores condiciones.
Los recursos de amparo se centran en la prisión preventiva (el domingo hizo 300 días que estoy encerrado) y en nuestra suspensión como diputados. Después del juicio y de la sentencia, estos elementos devendrán extemporáneos, decaerán. Por otra parte, cuanto antes podamos acceder al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, más rápido tendremos opciones de salir de la cárcel. En el Tribunal Supremo sabemos que no tendremos un juicio ni justo ni imparcial. La contundencia de una huelga de hambre es proporcional a la gravedad de lo que denunciamos. Y tiene sentido ahora.
Los presos de ERC no se han sumado a la huelga de hambre. La decisión profundiza en las diferencias estratégicas que separan a los socios del Govern. ¿Lo ha hablado con Oriol Junqueras y con Raül Romeva?
La decisión de hacer una huelga de hambre es personalísima. No se puede delegar ni plantear de manera obligatoria o gregaria. Cada uno de los presos de Lledoners tomó sus decisiones desde el respeto más absoluto hacia todos, de los que la hacemos y de los que no la hacen pero que están constantemente a nuestro lado, dándonos apoyo.
Frenar y ampliar la base del independentismo. ¿Qué piensa?
Ahora sabemos quién hay al otro lado del muro. Tenemos una cartografía clara: conocemos qué caminos son plausibles y cuales simplemente inviables. Tenemos que rehacer la estrategia para alcanzar el mismo objetivo: la república. Gestión inteligente de los “tempos” y mayorías sólidas.
¿Cómo casa esa estrategia con la polémica alusión del President Quim Torra a la vía Eslovena?
La vía catalana es una vía cívica, pacífica y democrática que tiene como elemento nuclear el mandato democrático en forma de referéndum, tal como ha dicho el mismo President en el Parlament de Catalunya.
¿Cual debe ser, en consecuencia, la hoja de ruta del independentismo catalán después del juicio?
Lo fundamental es como preparamos el escenario post juicio. La clave es reconectar con la gran corriente central de país, en torno al 75% de catalanes y catalanas que considera injusto nuestro encarcelamiento. Este consenso se construye sobre tres columnas: democracia, justicia y derechos civiles. Porque la única sentencia justa es la absolución. Si hubiera una condena, la reacción debería parecerse mucho a la del 3 de octubre de 2017: una movilización pacífica, muy transversal. En Terrassa fue la manifestación más importante de la historia y en Barcelona hasta los empleados de las principales entidades financieras del país bajaron a la Diagonal. Pero no avancemos acontecimientos. Si conectamos con la gran mayoría, todos los escenarios estarán abiertos.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha confirmado el consejo de Ministros el día 21 en la Llotja de Barcelona y todo apunta a que habrá reunión bilateral. ¿Qué espera de esta cumbre política?
El día 21 hará un año de las elecciones. Del Parlament que escogió la gente, uno de cada diez diputados está preso, en el exilio o ha sido forzado a renunciar a su acta. Es inaudito en términos democráticos en la Europa del siglo XXI. La elección de la fecha es como mínimo desafortunada. Y soy suave en la expresión.
¿Le preocupa que las movilizaciones convocadas para el viernes 21 acaben en incidentes como los de Girona o Terrassa?
Da la impresión de que Sánchez está dilapidando el consenso alcanzado en la moción de censura. Sánchez debería hacer política y afrontar el pleito catalán en términos democráticos, como hizo Cámeron en Escocia. Por otro lado, las movilizaciones legítimas de protesta deben desarrollarse pacífica y cívicamente. Es la vía que nos hace ganar. Hago una llamada para que sea así. Nosotros siempre hemos defendido nuestras ideas con la cara descubierta y desde la posición de la no violencia. De hecho, la huelga de hambre es la manifestación más rotunda de la protesta no violenta.
¿Cree que los Mossos se excedieron en las cargas de Girona y Terrassa?
No he podido ver las imágenes con detalle. Todas las acciones irregulares o no ajustadas a derecho, si es que se hubieran producido, deben ser castigadas y sancionadas de acuerdo con los mecanismos internos de los Mossos, como policía democrática que es. Más allá, me parece inaceptable que se quemen contenedores o se dañe el mobiliario urbano. Hay que aislar las minorías violentas, a los provocadores y a los infiltrados. Y hacerlo sin complejos.
Y ¿qué le parece que la Fiscalía haya abierto diligencias contra la policía catalana por no actuar en los cortes de la AP-7 en l’Ampolla?
Sobre unos mismos hechos vinculados a cortes de carretera y levantamientos de barreras de peajes, en pleno 155 los Mossos d’Esquadra actuaron de la misma manera y, lógicamente, la Fiscalía en ese caso no dijo nada. Hoy, la Fiscalía actúa más como un pirómano que como un bombero.
La entrada de Vox en el Parlamento Andalúz ha sacudido el panorama político español. ¿Cree que la ultraderecha se colará en los ayuntamientos, en los parlamentos autonómicos e incluso en el Parlamento Europeo en las elecciones del próximo 26 de mayo?
Me temo que sí. Si Partido Popular y Ciudadanos han querido jugar en el terreno de juego de la extrema derecha y de la radicalidad, la experiencia nos dice que siempre gana el original. El discurso de Pedro Sánchez de hace dos semanas en el Congreso de los Diputados fortalece a Vox aún más.
En clave local, el martes 11 de diciembre Jordi Ballart presentó la candidatura “Tot per Terrassa”, ahora como político independiente. ¿Cree que logrará volver al Ayuntamiento?
Como concejal, estoy convencido. El acto de la semana pasada en el Centro Cultural me dicen que fue muy potente. Yo opino que representa un modelo de ciudad agotado, pero siempre le agradeceré a Jordi Ballart el acto de dignidad democrática que protagonizó dejando la alcaldía a raíz de la aplicación del artículo 155 y de la existencia de presos políticos.
La ANC impulsa candidatura en la ciudad, donde el independentismo irá dividido a las municipales. ¿Cree que la fórmula ayudará a sumar o que la dispersión restará?
Finalmente habrá cuatro candidaturas soberanistas en las elecciones municipales de Terrassa. Todo lo que se aleje de la unidad creo, honestamente, que nos debilita.