A José lo mataron en su casa a puñaladas. José tenía 76 años. Su cadáver ensangrentado lo encontraron unos bomberos y mossos hace casi un año, el 25 de enero, en el domicilio de la víctima, en Ca n’Aurell. Esta semana los Mossos d’Esquadra han resuelto el caso, según parece. Han detenido a tres personas: una mujer y dos varones. El robo destaca como hipótesis más sólida.
Desde el primer día, las indagaciones las llevó a cabo una unidad central, la Divisió d’Investigació Criminal, de los Mossos d’Esquadra.
José vivía solo en un piso de la calle de Ausiàs Marc, a unos cincuenta metros de la Rambla d’Ègara. Habitaba en una primera planta de un bloque compuesto de ocho viviendas, sin más compañía que la de un pájaro, según explicaron algunos vecinos pocas horas después del hallazgo del cadáver.
Ahora se ha sabido que seguramente sí contaba con más compañía, aunque fuese eventual. Porque las investigaciones apuntan a que la mujer detenida mantenía relaciones con José y quienes lo mataron, supuestamente ella misma con la colaboración o el encrubrimiento de los otros dos imputados, ejecutaron la acción homicida para robarle dinero. El dinero que atesoraba en casa por sus quehaceres de prestamista: euros a cambio de joyas en depósito. Esta posibilidad apuntó ayer El Periódico de Catalunya, que adelantó la información de las detenciones. Los Mossos d’Esquadra confirmaron que había tres sospechosos arrestados.
En aquellos días de enero algunos vecinos del bloque se extrañaron de no ver a José, pese a que el hombre no se relacionaba mucho con el vecindario. Alguien sí le echó en falta. Habían transcurrido muchos días sin saber de él y un hecho determinó el aviso a los servicios de emergencias: las luces del piso de José estaban encendidas y se tiraron así mucho tiempo seguido. Allí pasaba algo.
A las 5.23 de la tarde de aquel jueves los bomberos recibieron la llamada de alerta. Debían intervenir para abrir la puerta de un domicilio. Se temía que a su morador, un hombre de edad avanzada, le hubiera ocurrido algún percance de salud. Quizás había sufrido una caída y se veía imposibilitado para pedir socorro. Quizás, como ocurre a veces en este tipo de servicios, todo quedaría en una falsa alarma porque la persona en cuestión se encontraba fuera de su fogar y simplemente se había dejado las luces encendidas en un descuido. Pero había que entrar a comprobarlo.
El martes 23 y el miércoles 24, cuando menos, las luces del piso estaban prendidas. La actuación de los bomberos y la policía se realizó el jueves por la tarde, por lo que de los indicios se deduce que José llevaba muerto unos tres días, como mínimo, cuando los servicios de emergencias encontraron su cuerpo. Porque aquella tarde, la del 25 de enero, los bomberos y agentes de los Mossos d’Esquadra, una vez franqueada la puerta de entrada a la vivienda, localizaron el cadáver de José A. C. La suya no había sido una muerte de etiología natural o accidental. El cadáver presentaba claros signos de violencia. Y el interior del piso estaba revuelto. La primera inspección la efectuaron mossos de Terrassa, pero el caso quedó pronto en manos del área de investigación criminal de la Regió Metropolitana Nord.
El robo
La comisión judicial autorizó el levantamiento del cadáver ya entrada la noche. El piso fue precintado. Agentes de la policía científica prosiguieron el viernes con la inspección pormenorizada del domicilio que habían comenzado el mismo jueves. Los investigadores hablaron con vecinos para conocer algo más de aquel hombre de 76 años, separado, con hijos, y miembro de aquella comunidad de residentes desde sus inicios, en el 2003, cuando se levantó el bloque.
Los mossos tenían previsto pasar ayer a disposición judicial a los tres sospechosos del crimen, detenidos en Terrassa el martes. Sobre la mujer apresada, de 39 años y de origen marroquí, recaen las sospechas más fundadas sobre su participación directa en el asesinato de un anciano con el que presuntamente mantenía relaciones.
La víctima, al parecer, prestaba dinero y recibía joyas en depósito, según la información de la que se hizo eco El Periódico. El robo se consolida como suposición primordial en la investigación. Los otros dos detenidos son un joven de 21 años, también de origen marroquí, y un hombre de nacionalidad española de 54 años. Ambos ayudaron presuntamente a la mujer en la acción criminal.