La Transición se ha explicado "poco y mal". Eso opina Marcel Mateu, profesor de Derecho Constitucional de la Universitat Oberta de Catalunya, que destaca las fallas de una ley de leyes nacida "de un pacto entre franquistas".
Primero pactaron los herederos del régimen, los duros y los aperturistas, para consensuar los límites de la unidad de España y la monarquía. A partir de ahí llegó lo demás: la negociación con los partidos democráticos, explica Mateu.
"No se permitió hacer un referéndum sobre la monarquía", añade el profesor de la UOC, convencido de que la Constitución arrastra tics franquistas. El artículo 2, que refiere la indisoluble unidad de la Nación española, "patria común e indivisible de todos los españoles", y reconoce y garantiza "el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas", tenía otro contenido; según subraya Mateu, fue reformulado "por la presión de los militares". De los militares franquistas, agrega. Dado el pasado y un presente complejo, Marcel Mateu comprende que a generaciones actuales les cueste entender "procedimientos antidemocráticos" como el de la extrema rigidez para las reformas constitucionales.
La caducidad
¿Es tan vieja una ley de leyes con cuarenta años de existencia? No necesariamente. "En otros países una Constitución de cuarenta años no es vieja, pero en esos países no existe un movimiento de oposición tan grande como aquí. Allí ese tiempo no es ningún problema", afirma el docente universitario. Verbigracia, los Estados Unidos
"Hemos ido mal desde el inicio", reitera Mateu en referencia al vicio de nacimiento de una Carta Magna parida en un contexto político difícil, de tiras y aflojas y con un rey, Juan Carlos I, "que decidía quién era el presidente" del Gobierno. "La Transición no fue modélica. ¿Pacífica? Seguramente tampoco", concluye el profesor.
